Argelia bloquea la jubilación por invalidez a un cristiano: ‘Me están matando junto a mis hijos’

de Kamel Abderrahmani

Por 20 meses, Slimane Bouhafs estuvo encarcelado a causa de su fe, donde fue sometido a malos tratos, inhumanos. Tiene una enfermedad crónica que le provoca dolores, hinchazón en las articulaciones. “Si quieren matarme, háganlo. Que es lo que ya están haciendo privándome de los recursos. Pero, sepan que no interrumpiré jamás mi batalla”. Su pedido al Vaticano y a Europa por su vida en peligro y por los cristianos en Argelia.

Argel (AsiaNews)- Se llama Sliman Bouhafs (a la izquierda en la foto) y es un cristiano argelino originario de Zerkun, en la comuna de Vuselam (Bousselam)-distrito de Bouandes de la provincia de Sétif, Cabilia oriental-convertido al cristianismo en 1998. Slimane es un ferviente defensor de los derechos humanos, presidente de la coordinación de S. Agustín de los cristianos en Argelia. Tiene 52 años y es padre de 3 niños, él sufre desde hace más de 20 años de una enfermedad (gota crónica que provoca dolores e hinchazones en las articulaciones) que le impide trabajar. De hecho, Slimane está clasificado como discapacitado en un 80%, que le permitiría beneficiar de una jubilación mensual pagada en su cuenta. Todo iba bien, para él y su familia, antes de detención en julio de 2016 por parte de los servicios de seguridad y de su encarcelación que duró 20 meses por “atentado contra la religión musulmana”.

Slimane fue liberado recientemente, pero el Estado argelino mantiene todavía una férrea presión sobre él, mucho más estrecha de lo normal. Después de haberlo envenenado y torturado en la prisión y también después de su liberación, las instituciones estatales lo privan de su jubilación por invalidez. Un hecho inhumano que pondrá en peligro su vida y la de sus tres hijos.

Después de video publicado en su propia cuenta en Facebook, Slimane fue muy claro.

Luego del pedido difundido sobre su perfil social, finalizado en denunciar a aquella que é define como la “inquisición argelina”.

“Buenas tardes, a todos vosotros, Yo soy Islamane Bouhafs. Fui detenido por 20 meses a causa de mi fe cristiana. Pasé muchos sufrimientos. Fui oprimido, insultado, privado del régimen alimenticio que me prescribieron. Dormí en el suelo sobre simples cartones como única ropa de cama. Me intoxiqué y esto me llevó a ser internado en el hospital por 8 días. No puedo contar todo”.

“Por el momento el Estado argelino bloqueó mi jubilación que recibía por mi enfermedad. No sé qué quiera de mí este sistema. Si quieren matarme, que lo hagan. Es lo que ya están haciendo privándome de mis recursos. Pero, sepan, sepan que no interrumpiré jamás mi batalla. Mi batalla continúa”.

“Esta patria es la de S. Agustín, no es la vuestra, es de Massinissa, Yugurta y Dahiya, no es vuestra patria. Yo lo puedo decir, yo soy de Cabilia, Amazigh (beréber, Ndr), hijo de S. Agustín. Lo soy, lo será y así también después de muerto. Mi esperanza, mi conclusión…espero que este mensaje sea traducido en todas las lenguas del mundo para denunciar la opresión a la cual son sometidos los cristianos de Argelia. El Estado argelino sigila y cierra nuestras iglesias, amenaza a nuestros pastores o trata de corromperlos. Por favor, detengan todo esto”.

“Todas las leyes prohíben hacer morir de hambre a las personas. Están haciendo esto con mis hijos. Es innoble, innoble. Imagínense que Europa chantajee con privar de los alimentos a los musulmanes si no se convierten al cristianismo, ¿Qué harían? ¿Diríais que es legal?”.

Su situación me preocupa en cuanto militante por los derechos humanos de los cristianos y de las minorías en mi país y lo contacté esta noche. Slimane estaba muy inquieto, aterrorizado y hasta tiene miedo de salir de su casa. Slimane me dijo que tiene miedo y que está tratando en todos los modos de salvarse de esta lenta muerte: “Temo que mandarán a alguno a masacrarme mientras mis hijos son todavía pequeños”; “Me aterrorizan y estoy muy ansioso”; “Espero que Europa y en particular el vaticano y las organizaciones mundiales por los derechos humanos hagan algo por mí”.