Arabia saudita, ajusticiada una migrante indonesia, Protestas de Jakarta

Siti Zaenab Binti Duhri Rupa, condenada a muerte por haber matado en 1999 al patrón, murió ayer en manos del verdugo. El gobierno indonesio contra las autoridades sauditas, que no han advertido sobre la inminente ejecución. El consulado de Jeddah advertido sólo al último momento.

Jeddah (AsiaNews)- Fue ajusticiada por las autoridades sauditas, Siti Zaenab Binti Duhri Rupa, ciudadana indonesia, condenada a la pena capital en Arabia saudita, murió ayer como consecuencia de la ejecución de la sentencia. Los vértices políticos e institucionales de Yakarta manifestaron una “profunda congoja” y protestaron contra el gobierno de Riad, que dio el vía libre al verdugo sin ni siquiera advertir a la representación diplomática indonesia en el reino, informada sólo en un segundo memento. Interviniendo en nombre del presidente Joko “Jokowi” Widodo, el ministro de Exteriores, Retno Marsudi expresó su “desaprobación” por los procedimientos adoptados y asegura que el ejecutivo “continuará a defender a sus propios ciudadanos emigrados”, recluidos en los brazos de la muerte “en Arabia saudita y en otras partes del mundo”.

Siti Zaenab, emigrante originaria de Bangkala, en la isla de Madura, en la provincia de Est Java, murió ayer a las 10 de la mañana, hora local en la cárcel de Medina. Las autoridades sauditas han ajusticiado a la mujer- trabajadora doméstica, incriminada por haber matado en el año 1999 a su patrón, Nourah Binti Abdullah Duhem al-Maruba- sin ni siquiera informar al gobierno de Yakarta. Una decisión que desencadenó las protestas del gobierno de Yakarta.

En 2011, un tribunal condenó a muerte a Siti Zaenab Binti Duhri Rupa; el veredicto se hizo ejecutivo en 2013, cuando el hijo de la víctima, Walid bin Abdullah al Ahmadi, rechazó el pedido de perdón y rechazó la suma de dinero como resarcimiento. Las autoridades indonesias habrían puesto en campo todos los esfuerzos posibles para salvarle la vida pero fue en vano.

La de ayer, es la segunda sentencia que es realizada en el reino saudita contra un ciudadano indonesio. La cuestión recuerda el drama de Ruyati Binti Saboti Saruna, trabajadora emigrante indonesia ajusticiada en junio de 2011 por concurso en homicidio, Su muerte había desencadenado feroces polémicas en patria, por la inercia demostrada por el presidente Susilo Bambang Yudhoyono y las modalidades según las cuales sucedió la ejecución: también en el caso de Riyadh no se advirtió a la embajada indonesia ni al gobierno de Yakarta.

Diversamente, se concluyó la historia de la mujer de 40 años, Satinah Binti Djumadi, también ella en el brazo de la muerte en Arabia saudita, ella había sido acusada de haber matado en el año 2007 a su patrona- por los malos tratos recibidos- y haberle robado unos 10 mil dólares. La intervención rápida, en este caso, por el entonces presidente Yudhono y el pago de la suma de dinero- una especie de “coima” llamada Blood money (dinero de sangre)- le salvaron la vida a la mujer.

En Arabia saudita hay al menos unos 1,2 millones de indonesios, el 70% de los cuales trabajan como camareros o domésticas. Movimientos internacionales contra la pena de muerte, afirman que sólo en 2011, al menos 27 personas fueron decapitadas por reatos de diversos géneros; un dato por otro lado en disminución, si comparado con los 67 del 2008. En el país está en vigor una versión estrecha de la sharía, que castiga con la condena a muerte diversos reatos como el estupro, el homicidio, apostasía, robo a mano armada y tráfico de droga. (MH).