Antiguo monasterio ruso arriesga ser expropiado por el nuevo Patriarcado de Kiev
El parlamento ucraniano aprobó una ley sobre las propiedades eclesiásticas que favorece a la nueva Iglesia auto-céfala. Para Filaret, “el Monasterio de las Grutas y el Monasterio de Pochaev deben ser entregados al patriarcado de Kiev”. Un símbolo para todos los ortodoxos.
Moscú (AsiaNews) – Hay fuerte preocupación entre los monjes de la Pochaevskaja Lavra, uno de los principales lugares santos de la ortodoxia rusa en Ucrania. En efecto, este antiguo monasterio podría pasar a la jurisdicción de la nueva Iglesia Ucraniana auto-céfala.
La semana pasada, el parlamento ucraniano aprobó una nueva ley sobre las propiedades eclesiásticas, que podría poner en una situación de riesgo a varias iglesias y santuarios que actualmente están bajo la administración eclesiástica del Patriarcado de Moscú en Ucrania.
El cenobio de Pochaev, ubicado en la región de Ternópil, fue fundado en 1240 por los monjes del Gran Monasterio de las Grutas de Kiev, que huían de la invasión mongola que arrasó con la capital de la antigua Rus. Poco tiempo después de su apertura, según narran las crónicas antiguas, en el monasterio se produce la aparición de la Madre de Dios, que incluso dejó huellas, conocidas como “Las Sagradas Huellas de Pochaev”, todavía hoy visibles en la iglesia de la Asunción, situada dentro del monasterio. Estas y otras reliquias han hecho que el monasterio sea un lugar particularmente estimado por la devoción de todos los fieles ortodoxos, tanto rusos como ucranianos.
A pesar de las rígidas reglas del monasterio, las vocaciones siguen siendo abundantes desde hace algunas décadas, tras la caída del comunismo: en la Navidad del año pasado fueron acogidos 10 novicios. Todos los miembros del monasterio rezan juntos con extensísimas letanías del Typikon de Pochaev, en el cual suelen repetirse las invocaciones “para que el Señor no permita que los enemigos del monasterio profanen nuestro santuario”, que evidentemente guardan relación con la antigua amenaza tártaro-mongola.
Hoy, estas oraciones adquieren un significado particularmente actual. El 28 de noviembre pasado, una Comisión del Ministerio de Justicia de Ucrania anuló el acuerdo con la Iglesia del Patriarcado de Moscú para el usufructo de los edificios que conforman el Monasterio. Desde ese momento, los 200 monjes y 50 novicios del monasterio (casi todos ucranianos) ocupan sus celdas sin una certeza respecto al derecho sobre ellas. El “patriarca emérito” Filaret, inspirador de la nueva Iglesia ucraniana auto-céfala –junto al presidente Poroshenko – continúa repitiendo que “el Monasterio de las Grutas y el Monasterio de Pochaev deben ser entregados al patriarcado de Kiev”, que es como sigue llamando a la nueva estructura eclesiástica.
Los monjes de Pochaev han hecho público un llamamiento en el cual los residentes del monasterio denuncian a las autoridades en su “tentativa de destruir el monaquismo sobre el territorio de Ucrania occidental”. Uno de los monjes de las Grutas, al ser entrevistado por la revista Ogonjok, explicó que “hasta ahora, tratamos de permanecer tranquilos, en enero llegan muchísimo peregrinos a Pochaev, que vienen simplemente para rezar y festejar la Navidad y el Bautismo de Jesús. Con nosotros, cantan coros maravillosos y se congregan desde toda Ucrania. Tenemos miedo de que luego de las fiestas comience a haber problemas”.
El monasterio de Pochaev ha cambiado muchas veces de propietario a lo largo de su historia, estando presente en el límite occidental del país, sobre el río Ikva, que contuvo la invasión mongola. Por más de 100 años, estuvo bajo la guía de los uniatos greco-católicos, para luego ser devastado por las fuerzas armadas austríacas durante la Primera Guerra Mundial y después verse reconquistado por los rusos en 1916. Durante las persecuciones soviéticas, el entonces secretario ucraniano Nikita Khruščev abrió en el monasterio el Museo del Ateísmo, además de un hospital psiquiátrico y un lavadero para el Ejército. Aún así, a pesar de las condenas y los arrestos, un grupo de monjes guiados por el santo starets Amfilokhij y sostenidos por los ciudadanos de Pochaev, lograron mantener abiertas algunas zonas para la oración, gracias a lo cual el monasterio permaneció activo sin interrupciones.
Los monjes trabajan sin cesar, en parte debido a la suspensión del suministro de gas (como consecuencia de los conflictos con Rusia) de modo que todo el verano pasado fue dedicado a la recolección de leña para las estufas. La electricidad también ha sido racionalizada y en la iglesia, las lámparas centrales sólo se encienden durante la proclamación del Evangelio. Antes del conflicto del 2014, miles de peregrinos de toda Rusia acudían al lugar; hoy, según cuenta un monje entrevistado, “sólo logran llegar las mujeres; a los hombres que provienen de Rusia los hacen bajar del tren”. Y sin embargo, en la fiesta de la Asunción había cerca de 30.000 peregrinos, incluso gente proveniente de la llamada Rusia profunda, pero sobre todo, de toda Ucrania, que han venido a rezar para que el monasterio de las Cuevas siga siendo un hogar para todos los ortodoxos”.
14/12/2018 11:52
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