Ankara: Kurdos en la mira para proteger la ruta comercial 'alternativa' a Suez
Turquía está desarrollando un proyecto de 17.000 millones que supone 100.000 puestos de trabajo para conectar Asia y Europa por carretera y ferrocarril, en competencia con un proyecto rival de Israel y los Emiratos Árabes Unidos. Por eso se está estudiando una campaña militar de verano contra el PKK en el Kurdistán iraquí. Hoy tiene lugar en Bagdad una reunión de alto nivel entre funcionarios turcos e iraquíes.
Estambul (AsiaNews)- Guerra y economía. Operaciones militares y rutas comerciales. En Oriente Medio las armas y el dinero están cada vez más unidos entre sí, como se desprende de la imponente ofensiva que está preparando para el verano el ejército turco contra las milicias del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán, grupo terrorista según Ankara) en el oeste del Kurdistán iraquí. El objetivo de la operación es empujar a los combatientes hacia el sur y garantizar la seguridad de una nueva ruta comercial para transportar mercancías desde el Golfo Pérsico hasta el Mediterráneo. Se la denomina "Ruta del Desarrollo" porque une Asia y Europa -va desde Basora hasta la frontera turca-, está valuada en 17.000 millones de dólares y sería capaz de contrarrestar la hegemonía del Canal de Suez, sumida en una grave crisis como consecuencia de los ataques hutíes en el mar Rojo.
Según fuentes de Middle East Eye (MME), el objetivo de las nuevas operaciones militares serán las zonas occidentales de la región semiautónoma del Kurdistán iraquí. Se llevarán a cabo cerca de los territorios controlados por el Partido Democrático del Kurdistán (PDK), aliado de Ankara, para cortar el acceso del PKK a Mosul. "El principal objetivo de Turquía es muy claro: la presencia del PKK en Metina y Gara tiene el potencial para amenazar seriamente al Iraq Development Road Project", explica un alto funcionario turco bajo condición de anonimato, refiriéndose precisamente al proyecto de 1.200 kilómetros de carreteras y ferrocarriles que debería conectar el Golfo con Turquía a través de Irak. Ankara y Bagdad, sigue diciendo, quieren "eliminar la presencia del PKK de estas dos zonas y hacer que la región sea segura para la construcción del proyecto, logrando los objetivos establecidos por ambos países en un solo paso".
Irak, Turquía y los Estados árabes del Golfo esperan finalizar pronto las obras, que permitirá el transporte de mercancías pasando por el puerto de al-Faw, en la gobernación de Basora, hacia los mercados internacionales a través de Turquía. Bagdad proyecta que los trenes funcionen a velocidades de hasta 300 kilómetros por hora, facilitando el transporte de pasajeros y mercancías. Los planes también incluyen la creación de centros logísticos, complejos industriales y la posible integración de oleoductos y gasoductos. Se estima que este ambicioso proyecto requerirá una inversión de aproximadamente 17 mil millones de dólares, con un retorno anual de cuatro mil millones de dólares y la creación de al menos 100 mil puestos de trabajo. El presidente Recep Tayyip Erdogan es uno de los principales partidarios del proyecto, que promueve en competencia directa con el rival Imec (el corredor que conecta la India con Europa, pasando por Oriente Medio) respaldado por Israel y los Emiratos Árabes Unidos, que saltea a Turquía.
A principios de semana el ministro de Defensa turco, Yasar Guler, declaró que Ankara quiere desplegar fuerzas a 30-40 kilómetros de profundidad en territorio iraquí y establecer al mismo tiempo un centro de operaciones conjuntas con Bagdad, aunque el proyecto parece estar estancado. Según la fuente turca, el ejército iraquí ha comenzado a acumular fuerzas en la línea divisoria entre el ejército turco y el PKK, desplegando tropas en la zona de Balinda, una transición administrativa entre Duhok y Mergasor en la zona controlada por el PDK. Aún no está claro si Bagdad ha trasladado sus fuerzas a la región para cooperar con Turquía o para actuar como amortiguador entre el PKK y el ejército de Erdogan, en un intento de evitar nuevos enfrentamientos.
De hecho, desde hace algún tiempo los kurdos en Siria e Irak se encuentran bajo el fuego cruzado de Irán y Turquía, que con sus misiles y drones han causado víctimas y graves daños a las infraestructuras en zonas que ya han sido objeto de intensos bombardeos y ofensivas militares en el pasado. Teherán concentra sus operaciones en el Kurdistán iraquí, donde cree que hay bases de la resistencia kurda y miembros de la oposición. La represión se intensificó tras la muerte de la joven kurda Mahsa Amini, de 22 años, en septiembre de 2022. Al mismo tiempo, Ankara ha intensificado las operaciones del otro lado de la frontera, porque considera que la zona kurdo-siria es la cuna de la célula del PKK (y del YPG) que el 13 de noviembre de 2022 llevó a cabo un ataque en Estambul que dejó seis muertos y decenas de heridos. En la mayoría de los cosas, sin embargo, estas operaciones afectan no sólo al PKK sino también a la población civil, en particular a los habitantes de las aldeas cristianas de la zona montañosa del Kurdistán iraquí, en la frontera con Turquía, Siria e Irán.
Funcionarios iraquíes y turcos se reúnen hoy en Bagdad para discutir la cooperación en energía, seguridad y defensa. La cumbre también podría ser una oportunidad para discutir operaciones conjuntas con las fuerzas del GRK a fin de reforzar la seguridad desde Mosul hasta Duhok y la ciudad turca de Ovakoy en la frontera, como parte del proyecto de la Iraq Development Road. Una mega infraestructura vital para Turquía en el llamado "Corredor Medio", una ruta comercial que se extiende desde Asia hasta Europa. Sin embargo, en este cuadro se inserta - complicándolo - la lucha entre Bagdad y Erbil por la venta de petróleo a través del oleoducto turco-iraquí, sobre el cual ha legislado la propia Corte Suprema iraquí, comprometiendo las finanzas de la región del Kurdistán.
(Foto de Middle East Eye)
17/12/2016 13:14