Ancianos, emergencia en Tailandia: millones trabajando, sin familia ni protección social
Más de cinco millones de mayores de 60 años buscan empleo para sobrevivir. Los de las regiones menos desarrolladas del norte, este y sur son los que tienen más dificultades. En Bangkok "sólo" el 25% tiene que trabajar. Las pensiones públicas son insuficientes, es difícil acceder a un fondo de pensiones privado o de empresa.
Bangkok (AsiaNews) - Las penurias de los ancianos aumentan en el "país de las sonrisas". Son más de cinco millones que se ven obligados por la necesidad a trabajar más allá de los 60 años. Necesitados de apoyo económico, víctimas del estancamiento económico del coste de la vida, pero también de la protección familiar de la que muchos carecen. Una situación que las perspectivas de la escasa asistencia social que se les dedica y el aumento de su número - en un país que envejece rápidamente - hacen aún más difícil en el futuro.
El último estudio demográfico elaborado por la Oficina Nacional de Estadística muestra que los mayores de 60 años son 13,4 millones, lo que equivale al 19,5% de los 66 millones de habitantes de Tailandia; de ellos, el 37,5% (más de un tercio son mujeres) busca una fuente de ingresos indispensable para sobrevivir. En términos numéricos, hay un aumento de 370.000 respecto a 2022.
Es significativo que la mayoría de ellos vivan en las regiones del norte, este o sur, menos prósperas y desarrolladas, pero también con niveles de educación inferiores a las del centro, donde se encuentra Bangkok, donde "sólo" tiene que trabajar el 25% de los mayores. Según las estadísticas oficiales, el porcentaje de esta categoría de ancianos que nunca ha ido a la escuela o sólo ha obtenido un certificado de estudios primarios supera el 68%. Esto les dificulta el acceso a empleos que no sean físicamente exigentes o (para casi el 90%) precarios.
Los ingresos medios de los mayores con empleo no agrícolas son de 12.151 baht, equivalentes a 300 euros al mes, cifra que desciende a menos de la mitad en el caso de los que siguen trabajando en la agricultura; la mayoría de ellos no percibe ninguna prestación social, empezando por el seguro de accidentes. La contingencia económica y laboral afecta también a muchos jóvenes, que han terminado sus estudios pero encuentran cada vez más dificultades, tanto personales como para sus familias.
Las pensiones públicas son insuficientes, tanto las que se conceden a todos a partir de los 60 años, equivalentes a entre 600 y 1.000 baht al mes según la edad, como las garantizadas por los años trabajados y los sectores de empleo para quienes acceden a un empleo contractual. A pesar del crecimiento exponencial del sector de los seguros y de la multiplicidad de propuestas, la posibilidad económica de acceder a un fondo de pensiones privado o de empresa sigue siendo lejana para muchos. Con unos ingresos familiares medios de 700 euros al mes, pero con grandes disparidades por zonas, los gastos familiares dejan poco margen para invertir en el futuro; no en vano se calcula que cada hogar está endeudado por término medio, en primer lugar por la vivienda, en más de 197 mil baht (unos 5 mil euros).
Todo ello hace más difícil que la persona mayor pueda permanecer en la familia y ser atendida. Sin embargo, el aumento del número de ancianos solos muestra cómo el apoyo familiar también se desmorona bajo la presión de las dificultades económicas, el cambio de costumbres y un apoyo público en gran medida insuficiente.
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