Amán, intelectual y periodista jordano asesinado a raíz de una historieta anti-yihadista
Nahed Hattar fue muerto en la puerta de ingreso de los tribunales. Había sido procesado, tras pasar dos semanas en prisión. El asesino, un conocido imán local que habría actuado para “vengar el insulto a Dios”, ya era conocido por las fuerzas de seguridad. Intelectual musulmán: “El terrorismo es genético en la mayoría de los árabes musulmanes”.
Amán (AsiaNews) – El asesino del escritor y activista político Nahed Hattar, muerto en la mañana de ayer frente a los tribunales de Amán, sería Riad Abdullah, un imán local ofendido por la historieta difundida por Hattar, y por la cual este último había terminado procesado. Fue lo que revelaron fuentes de la policía jordana, que difundieron el relato de un testigo según el cual Abdullah llevaba una larga barba y vestía un hábito largo, práctica muy difundida entre los musulmanes conservadores del reino hachemita. El homicidio produjo un shock profundo y conmoción en la capital, no sólo entre los activistas e intelectuales, sino también entre la población civil.
Nahed Hattar había pasado dos semanas en la cárcel y fue liberado luego de pagar una fianza. Terminó en una celda en el mes de agosto por haber compartido a través de Facebook una imagen que, según el gobernador de Amán, era denigratoria de la “Esencia Divina” e “instigadora de la división inter-confesional”.
El intelectual musulmán K. A. (pide que se publiquen solamente las iniciales, por temor a las represalias) subraya a AsiaNews que Nahed Hattar había emprendido “una guerra contra los extremistas islámicos en el mundo árabe” y que “millones de musulmanes” estaban pidiendo su muerte. “Daesh [acrónimo árabe para el Estado islámico] está entre nosotros –agrega- y tengo la impresión de que el terrorismo se ha vuelto genético en la mayoría de los árabes musulmanes”.
Hattar fue muerto por disparos de arma de fuego frente a los tribunales, en el barrio Abdali, en Amán, cuando se dirigía -junto a algunos familiares suyos- ante el juez, para presentar una memoria defensiva y documentos adjuntos. La caricatura, que fue publicada el mes pasado, no era obra de Hattar y fue inmediatamente eliminada de su perfil apenas empezó a difundirse la polémica. Retrataba a un hombre de barba, en el lecho con una mujer, que pedía a una figura que sería el Creador, que les trajera vino y marañones.
Durante el interrogatorio, el escritor se defendió afirmando que la caricatura no tenía nada de ofensivo en relación a la “Esencia” del Creador; sino que, por el contrario, la misma trataba de reflejar el abuso que suele hacerse de lo divino por parte de los yihadistas tafkiristas, que usan lo sagrado para justificar lo que es demoníaco.
El escritor Hattar era un enemigo acérrimo de los grupos yihadistas del Estado islámico (EI), de al Qaeda y de afiliados del tipo de fuere, además de ser un crítico sin medias tintas de los Wahabitas sauditas.
Las autoridades jordanas declararon inmediatamente que habían identificado al asesino, que fue arrestado e interrogado. Se trata de Riad Ismaeel Abdullah, un jordano de 49 años de edad, que reside en la zona este de Amán. Entre las fuerzas de seguridad jordana, él es conocido por ser un elemento extremista.
Según las primeras informaciones oficiales difundidas por la policía y relanzadas en partes por la prensa jordana, el asesino habría actuado para “vengar el insulto a Dios” ínsito en la caricatura.
Los familiares del escritor se negaron a recibir el cadáver de Hattar para las exequias. Ellos reclaman justicia y piden que primero se procese y condene al asesino, una responsabilidad que le imputan al gobierno. El homicidio hizo un gran estruendo entre los miembros del ambiente político e intelectual de Amán, para quienes, en realidad, tras la muerte estarían la postura anti-saudita del escritor.
Según Khalil Harb, periodista libanés del diario As Safir, “Nahed (Hattar) es un mártir del periodismo y de la libertad de pensamiento. Él era el enemigo jurado del pensamiento extremista difundido en la región y del movimiento wahabita, que legaliza –partiendo del Corán- el derramamiento de sangre de los musulmanes en todo el mundo”.
Para el periodista libanés “Nahed y todas las personas como él son sometidas, en nuestro mundo, a campañas de amenazas y son rotulados como infieles a causa de su posición contraria a Arabia Saudita y a los Estados Unidos en la región”. Personas allegadas a Hattar refieren que el escritor y activista había recibido amenazas de muerte mientras se encontraba en la cárcel.
Con su muerte, Jordania y el mundo musulmán han perdido a un enemigo del islam terrorista y extremista; un enemigo del genocidio y de la violencia perpetrada en nombre del islam. Un hombre valiente que había osado criticar abiertamente a cualquier persona y a cualquier país que sostuviera grupos partidarios del takfirismo. Con él, ha sido silenciada otra voz a favor de la verdad. Para muchos analistas, se trata de una clara advertencia para cualquiera que se atreva a alzar la voz, lo cual no es sino otra forma de terrorismo: instalar el terror a exteriorizar pensamientos que puedan ser distintos del coro querido por los yihadistas. (PB)
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