Amnistía denuncia desapariciones forzadas ordenadas por Islamabad
Una comisión de investigación creada hace 10 años afirma que más de 2.000 casos de personas desaparecidas siguen sin resolverse. Un informe reciente de la organización humanitaria documenta los efectos de los secuestros en las familias de los desaparecidos. El gobierno no ha hecho comentarios inmediatos, pero en numerosas oportunidades ha repetido que los desaparecidos huyen a Afganistán para unirse a grupos militantes.
Islamabad (AsiaNews / Agencias) - Amnistía Internacional ha instado a las autoridades paquistaníes a poner fin al recurso de las desapariciones forzadas como herramienta política. La organización de derechos humanos publicó hace dos días el informe "Living Ghosts" que documenta los efectos de estos secuestros en las familias de los desaparecidos. La investigación se basó en entrevistas realizadas a 10 familiares de personas desaparecidas "cuya suerte se desconoce tras ser secuestradas por los servicios de seguridad de Pakistán".
"La desaparición forzada es una práctica cruel que ha causado un dolor indeleble a cientos de familias paquistaníes en las dos últimas décadas", explicó Rehab Mahamoor, investigador de Amnesty International para el sur de Asia. "Además de la terrible angustia de perder a un ser querido y no tener idea de dónde se encuentra, las familias deben afrontar otros efectos a largo plazo, como problemas económicos y de salud".
El sufrimiento emocional va acompañado por pérdidas materiales, porque la persona secuestrada suele ser la responsable de mantener a la familia. Los gastos aumentan si los familiares deciden invertir en la búsqueda de la persona desaparecida, explica el documento. Y sin un certificado de defunción, no está dicho que la legislación nacional permita obtener una pensión u otros beneficios. Todo esto conduce a la exclusión social y económica de la familia en la mayoría de los casos.
En 2011 el gobierno paquistaní creó una comisión de investigación para documentar e investigar los casos de personas desaparecidas en Pakistán. Desde 2011, la comisión ha recibido más de 8.000 denuncias, pero 2.274 casos todavía no se han resuelto, según un informe mensual del organismo.
En base a entrevistas con familiares de desaparecidos, Amnistía descubrió que las autoridades se niegan a registrar denuncias cuando las desapariciones forzadas parecen ser llevadas a cabo por el gobierno: "La mayoría de las familias dijeron que no solo no podían utilizar el sistema legal para localizar a sus seres queridos sino que también tuvieron considerables dificultades para que la policía redactara una primera denuncia informativa”, afirma el documento de la organización de derechos humanos.
El informe también documenta la intimidación sufrida por las familias de las víctimas para que detuvieran sus denuncias y su activismo contra el gobierno.
Zakir Majeed, un estudiante activista de la etnia baloch fue secuestrado el 8 de junio de 2009en la ciudad de Quetta . Amnesty cita a su hermana, amenazada con “correr la misma suerte que su hermano si no guardaba silencio". Todavía no hay noticias de Zakir Majeed.
En otro caso, el hermano de un hombre secuestrado en 2014 fue contactado por un miembro del servicio secreto quien le pidió información sobre su hermano para tratar de resolver el caso. En marzo de este año, la policía llevó a cabo un allanamiento en la casa de otro hermano menor, a quien luego se le ordenó "no hablar, dejar de participar en las protestas y retirar todas sus publicaciones en las redes sociales con el propósito de llamar la atención sobre el secuestro de sus hermanos”.
Los investigadores de Amnesty también hablaron con las víctimas de desapariciones forzadas que luego fueron liberadas. El escritor Inam Abbasi, por ejemplo, fue secuestrado el 4 de agosto de 2017 y liberada diez meses después. Abbasi informó de varias dolencias físicas como resultado de la "severa tortura física a la que fue sometido". Hoy muestra múltiples síntomas de estrés post traumático, desencadenados por eventos normales como el timbre de la puerta. "Creo que alguien ha venido a buscarme para llevarme de nuevo", dijo Abbasi a Amnesty.
No hubo comentarios inmediatos por parte del gobierno, que en repetidas oportunidades ha negado las acusaciones afirmando que la mayoría de los desaparecidos en los últimos años han escapado a Afganistán para unirse a grupos militantes.
20/02/2018 13:35