Aluviones en China: la antigua Ciudad Prohibida se mantiene seca, en tanto los modernos rascacielos están inundados (Imágenes)

El sistema de drenaje del palacio imperial construido hace 600 años revela ser mejor que los sistemas modernos. Cientos de cabezas de dragón marmóreas “escupen” el agua en exceso, evitando así las inundaciones. Hace semanas que la China está siendo azotada por fuertes lluvias. En la web se ironiza: “Con todos nuestros progresos, ¡no logramos superar a los edificios de seis siglos de antigüedad!”.

Beijing (AsiaNews/Shangaiist) – En una China que hace semanas está siendo azotada por aluviones, hay un solo lugar que parece resistir a las lluvias. Se trata de la Ciudad Prohibida, construida hace más de 600 años, por la dinastía Ming. En el corazón imperial de Beijing, de hecho, no se observan paisajes anegados, que ya se han vuelto típicos de muchas provincias del país.

Gracias a su arquitectura antigua, la Ciudad Prohibida responde mejor a la emergencia que los grandes edificios y rascacielos modernos. En el exterior de cada edificio de encuentran una serie de puntos de drenaje, esculpidos en piedra y representando cabezas de dragón, que desagotan el exceso de agua. Cuando el agua de la lluvia se acumula en los techos, ésta es “escupida” por las bocas de los dragones, creando un efecto escénico espectacular.

El palacio imperial cuenta, además, con un complejo sistema de desagüe pluvial que impide el anegamiento del terreno.

Las imágenes de la Ciudad Prohibida seca han desencadenado el humorismo de los chinos, que en la web no se han ahorrado comentarios irreverentes. En uno se lee: “El sistema de desagüe es realmente bueno, pero porque fue construido hace 600 años”. Otro dice: “Por supuesto que los canales de desagüe de la Ciudad Prohibida son excelentes: en aquella época, quienes no trabajaban duro para construirlos eran decapitados, como una advertencia a los demás obreros. Ahora, en cambio, con nuestros pésimos sistemas, ni siquiera tenemos a alguien para inculpar”. Otro exclama: “Con todos nuestros progresos tecnológicos, los modernos sistemas de drenaje ¡no pueden superar a los antiguos, que fueron construidos hace seis siglos!”.