Alepo consagrada a la Virgen de Fátima, por la paz en la ciudad y en toda Siria
En comunión con el Papa, en Fátima, para el centenario de las apariciones, los cristianos de Alepo oran por el fin de la guerra. Mons. Audo:. Momento de "esperanza" y "testimonio" de una fe "firme en medio de las dificultades". Prueba de la "unidad" entre las diversas confesiones. Esperanza de miles de fieles. A la violencia se responde "con el fanatismo o la comunión: la Iglesia enseña la segunda vía".
Alepo (AsiaNews) - Será un momento de "esperanza" para los cristianos, el "testimonio" de una fe que sigue siendo "firme en medio de la dificultades" y de un sentimiento "comunitario" compartido, alimentado por años de guerra sangrienta que ha "fortalecido" la unidad entre las diversas denominaciones. Esto es lo que dice a AsiaNews Mons. Antoine Audo, arzobispo caldeo de Alepo, en la presentación de tres días de celebraciones que la comunidad cristiana de la segunda ciudad más grande de Siria ha dedicado a la Virgen de Fátima, a la cual se consagra la ciudad. Este hito se presenta coincidiendo con la visita apostólica del Papa Francisco a la localidad portuguesa el 12 y 13 de mayo próximos, con motivo del centenario de las apariciones a los tres niños pastores.
"Hay que decir - dice el prelado - que todo el mes de mayo es importante para la comunidad cristiana de Alepo. Todas las iglesias están llenas de fieles que rezan el Rosario, se acercan a la Eucaristía, recitan las letanías. Este es un momento muy importante de oración y comunión en torno a María, una tradición agradable y arraigada en el tiempo". De hecho, el pueblo de Alepo "ama mucho la devoción popular", desea "participar" y perpetrar una "profunda tradición", que une a las iglesias y las familias en torno a María. Esto, dijo, "es muy bonito, ya que crea una atmósfera de serenidad. Mayo es el mes preferido para orar por la paz, por el fin de todos los conflictos".
Los tres días de celebraciones dedicadas a la Virgen de Fátima en Alepo - por iniciativa de la parroquia latina de San Francisco - se inician el jueves 11 de mayo con una oración comunitaria programada a las 5 pm. Para seguir, y durante todo el día siguiente, se rezará el Rosario, oraciones a María por la paz, y habrá películas y proyecciones dedicadas a la Virgen y misas comunitarias.
El punto culminante del festival está programado para el día sábado, 13 de mayo, coincidiendo con la misa del Papa en Fátima, cuando se celebrará una solemne misa concelebrada a la cual asistirán todos los obispos y sacerdotes presentes en Alepo. A la celebración de los fieles están invitados los cristianos de todos los ritos de la metrópoli del norte de Siria, considerada durante mucho tiempo el epicentro del conflicto. Por último, está prevista la procesión con la imagen de Nuestra Señora de Fátima y la consagración de la ciudad de Alepo a la Virgen de Fátima. Un gesto con un fuerte valor simbólico, con la esperanza de que ayudará a restablecer la paz, no sólo en Siria, sino en toda la región de Oriente Medio, ensangrentada por décadas de conflicto.
"El evento culminante - dijo Mons. Audo - será la solemne celebración eucarística en la catedral de los franciscanos, a la que se invitó a todas las denominaciones cristianas, y en comunión con el Papa Francisco. A continuación, tendrá lugar la procesión dentro y fuera de la iglesia, con la imagen de la Virgen, regalo del santuario de Fátima, como cabecera.. La estatua llegó a la ciudad en los últimos días. Será una bella celebración, un momento de fiesta en que habrán de participar como máximo unos tres mil fieles". "La consagración de Alepo a María, el tema de la paz - añade el obispo caldeo - son fuente de esperanza y un signo de nuestra presencia. Queremos aprovechar el evento para revivir los temas de diálogo, la unidad y el encuentro no sólo entre las diferentes denominaciones cristianas, sino también con los musulmanes aprovechando la gran repercusión que ha tenido el viaje del Papa a Egipto. Es un evento del que todavía se habla hoy, un testimonio hecho más con gestos que con palabras". Al drama de la guerra, concluye Mons. Audo, se puede responder "con el fanatismo o con la comunión: la Iglesia ha ayudado a optar por la segunda. La fe cristiana es firme y fuerte, y esto genera optimismo, a pesar de que oermanecen las incertidumbres y las sombras en loq ue concierne al futuro".
El próximo fin de semana, el Papa Francisco viajará a la ciudad portuguesa para conmemorar el centenario de las apariciones. El 13 mayo de 1917, mientras Europa sufría los estragos de la Gran Guerra, a tres niños - Lucía dos Santos, 10 años, Giacinta Marto, 7 años de edad, Francisco Marto, de 9 años de edad, hermano y primo de Lucía de Jacinta - se les apareció una "señora" vestida de blanco que llevaba en su mano un Rosario, identificada con la Virgen. En 1930 la Iglesia Católica proclama el carácter sobrenatural de las apariciones y autoriza el culto.
Con el correr del tiempo, en Fátima se construyó un santuario, visitado por primera vez por el Papa Pablo VI el 13 de mayo de 1967 con motivo del 50 aniversario de la aparición. Más tarde, también San Juan Pablo II, muy cercano a la tradición mariana de Fátima, ha viajado allí y en más de una oportunidad se dirigió en peregrinación a la ciudad portuguesa. A las apariciones - que entran en la categoría de revelaciones privadas – se han relacionado los secretos de Fátima, que en realidad, conforman una sola revelación, dividida en tres partes. (DS)