23/09/2019, 10.21
RUSIA
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Aleksandr Gabyshev, el chamán anti-Putin, fue internado en un hospital psiquiátrico

de Vladimir Rozanskij

El hombre había recorrido más de 3.000 km para expulsar a Putin, a quien considera un demonio, a través de exorcismos. A lo largo de su camino recogió los miedos y las insatisfacciones de mucha gente. Él es un “auto-proclamado” (samozvanets), un “chamán por naturaleza”, que concilia su vocación con el cristianismo e incluso va rezando por las calles las letanías ortodoxas.  

 

Moscú (AsiaNews) - El chamán-guerrero de Jacuzia, Aleksandr Gabyshev, que hace algunos meses había iniciado su “marcha sobre Moscú” para liberarse del dictador Vladimir Putin, se encuentra desaparecido desde el 19 de septiembre, fecha en la que estaba cruzando el límite entre Buriatia y la región de Irkutsk. Sujetos desconocidos lo raptaron de madrugada, y recién después de un par de días, sobrevino la comunicación del Ministerio del Interior ruso, aclarando que Gabyshev fue llevado por presuntas actividades delictivas en Yacuzia (Sajá), desde donde habría sido trasladado para ser juzgado. El 21 de septiembre, el Ministerio de Salud de Sajá comunicó que el hombre fue recluido en un hospital psiquiátrico republicano para “someterlo a pruebas diagnósticas”.

El chamán había recorrido más de 3.000 km a pie, con la intención de llegar hasta la capital rusa para expulsar del poder a Putin, a quien considera un demonio, valiéndose de los exorcismos adecuados. Luego de seis meses de camino, su misión cambió de finalidad: en lugar de la “lucha final” ritual, Gabyshev pretendía reunir en Moscú a una gran multitud de sostenedores, que habrían de pedir pacíficamente al presidente que diera un paso al costado. En el camino, procuraba convocar un creciente número de personas, tal como relató un corresponsal de la BBC que compartió algunos días de viaje con él.  

“En Ulan-Ude esperaban que hiciese algún milagro, pensaban que yo era curandero o adivino” -contó Gabyshev junto al fogón nocturno - “pero mi único objetivo es expulsar a Putin, como he repetido una y otra vez. Las personas venían a verme con sus problemas interiores, dudas y miedos, se hacían preguntas y se daban las respuestas: necesitaban desahogarse con alguien”. Los sostenedores buriatos entregaron al chamán víveres y  provisiones y aguardaban un gran meeting, como el que había sido organizado en Chita el 12 de junio pasado, cuando el nombre de Gabyshev se difundió por todo el país, y sus últimas palabras se volvieron virales: “¡Recuerden que Putin no es obligatorio por ley!”. 

Gabyshev no quiso lanzar más proclamas y convocar multitudes, porque “las piedras ya fueron lanzadas, ahora es tiempo de recogerlas”. En los últimos días, hablaba en voz baja y casi a regañadientes, a diferencia de los anuncios iniciales, cuando prometía: “Será una gran lucha, ¡una lucha gloriosa! Yo he nacido para combatir, conozco todas las formas de lucha y todas las armas... y luego de un día de lucha, la Rusia entera se alzará, millones de personas me seguirán”. 

Más allá del folclore extremo-oriental, la revuelta del chamán hace referencia a los clásicos de la insurrección popular rusa de los cosacos de Emeljan Pugachev al convocar a las multitudes encabezadas por el pope Gapón en San Petersburgo, en 1905. De Gabyshev, no es mucho lo que se sabe: se graduó en Historia, pero jamás se dedicó a la enseñanza. Se dice que ha trabajado como electricista y en la fundición. En los diálogos entablados por la calle, contó acerca de la muerte de su esposa en sus años de juventud, luego de lo cual cayó en una sensación de vacío existencial, viviendo en los bosques y alimentándose de bayas y raíces durante tres años, hasta que comprendió que “los espíritus superiores” lo llamaban a una gran misión como chamán y guerrero, con un solo objetivo.  

Los chamanes oficiales de Buriatia lo han declarado loco e impostor; solo el vicepresidente del Consejo del Chamán Supremo de Rusia, Buda Shiral-Batuev, ha dicho -más diplomáticamente- que el guerrero de Yacuzia es un “auto-proclamado” (samozvanets), término que en ruso define a los profetas “independientes”. Por otro lado, Batuev suma a su rango chamánico su desempeño como miembro del parlamento, el Kural de  Buriatia, y la credencial del Partido Comunista ruso; según su opinión, si Gabyshev hubiera apagado algún incendio o frenado alguna inundación, se podría creer en él, pero él se ha limitado a pasear por las calles. El mismo Gabyshev respondió lisa y llanamente que él es un “chamán por naturaleza”, y afirmó conciliar su vocación con el cristianismo, recitando por las calles las letanías ortodoxas.

En la foto 3, una bandera con el eslogan: “¡Por el retorno de la libertad en Rusia! El camino del chamán”.

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