Aichi: murió un hombre en custodia; la policía japonesa, acusada de abuso de poder

de Guido Alberto Casanova

Se desconoce el nombre de la víctima, un hombre que padecía esquizofrenia. Había sido detenido a finales del mes pasado. Según consta en los informes, lo esposaron y lo recluyeron en régimen de aislamiento, sin comida ni atención médica. En los medios trascienden otros casos similares.

Tokio (AsiaNews) - En los últimos días los periódicos japoneses han informado de la muerte de un detenido en la comisaría de Okazaki, en la prefectura de Aichi. Al parecer, la víctima era un hombre de 43 años que padecía esquizofrenia y fue hallado muerto en su celda de aislamiento el 4 de diciembre. La policía lo había detenido el 25 de noviembre.

La prefectura de Aichi abrió una investigación sobre lo ocurrido y el 16 de diciembre se incautaron los discos duros de algunas computadoras de la comisaría en cuestión, cuyos agentes habrían abusado deliberadamente de su autoridad para infligir sufrimiento. Según las primeras pericias, el hombre (cuyo nombre se desconoce) permaneció esposado en una celda de aislamiento durante unas 140 horas, sin comida y sin medicación, a pesar de que padecía diabetes. La policía examinó imágenes de vídeo que muestran las palizas que sufrió el detenido.

Según el padre de la víctima, el hombre empezó a sufrir esquizofrenia en 2016. Al parecer, la noche de la detención la policía recibió una llamada de unos peatones que alertaban de la presencia de un sujeto sospechoso. Se trataba del hombre, que probablemente se había perdido y preguntaba a los transeúntes por una dirección. Tras ser trasladado a comisaría, el detenido empezó a enfurecerse y a comportarse de forma violenta, por lo que la policía lo llevó a la celda de aislamiento, y lo esposó luego de que el hombre se desnudara. Allí lo dejaron por varios días; fue hallado muerto el 4 de diciembre

La ley japonesa prevé la posibilidad de esposar a los detenidos cuando sea necesario, asegurando un trato digno. La misma ley estipula también la obligación de alimentar a los detenidos que no hayan ingerido alimentos o líquidos. El trato degradante y la falta de cuidados a los que la policía sometió al hombre constituyen un caso muy grave de abuso de poder.

Lamentablemente no se trata de un episodio aislado, ya que en los últimos días trascendieron otros casos que manchan la reputación de los centros de detención japoneses. Según parece, los guardias de la prisión de Nagoya maltrataron a otras tres personas, que sufrieron lesiones en el rostro. Por otro lado, en Osaka, tres miembros de la policía habrían falsificado documentos relacionados con el suicidio de un hombre mientras se encontraba bajo custodia policial. También en Osaka, otro detenido murió dos días después de solicitar atención médica por un cuadro de fiebre y dificultades respiratorias. Las autoridades policiales se negaron a brindarle asistencia médica, incumpliendo con su obligación de velar por el detenido.