Afrin, explosión en el mercado mata a 46 personas: 40 son civiles, también 11 niños

Según el ministerio turco de Defensa el ataque es reconducible a las milicias kurdas YPG, que lo desmienten. El atentado sucedió en un mercado en el área sur de la ciudad. Estaba lleno de personas para las compras para el Iftar, la comida de la noche que interrumpe el Ramadán. En las cercanías hay algunos edificio gubernamentales.

Damasco (AsiaNews/Agencias) -El saldo es de al menos 40 civiles muertos, entre los cuales 11 niños y de otros 47 heridos, del atentado sucedido en la tarde de ayer en Afrin, al nordeste de Siria, área desde hace tiempo disputada entre kurdos y turcos, hoy bajo el control de Ankara. A los civiles se agregan además 6 combatientes árabes sirios, cooptados por Ankara.El ministerio turco de Defensa acusa a las milicias (kurdas) YPG (Unidad de protección popular), que considera relacionadas con los grupos “terroristas” del PKK (Partido kurdo de los trabajadores). Sin embargo, no hay noticias ciertas sobre los autores.

En una nota Ankara explica que la explosión afectó a una zona con mucha gente de Afrin. Un vídeo difundido por el ministerio de Defensa muestra una ingente columna de humo negro que se eleva el el aire, mientras que ambulancias y sirenas resuenan en el fondo.

Teatro del atentado el mercado al aire libre, el Souk Ali, en el sector meridional. Según cuanto refiere el gobernador de Hatay, provincia turca contigua con Siria, una bomba a mano habría provocado la explosión de una lata de gasolina. La deflagración sucedió poco distante de las oficinas gubernamentales locales.

A esa hora el mercado estaba lleno de personas que compraban mercaderías y otros alimentos para el Iftar, la comida que interrumpe el ayuno del día durante el Ramadán.

En el pasado, Afrin y gran parte del nordeste de Siria fueron objeto de una imponente ofensiva del ejército turco, con el objetivo de crear una zona de amortiguamiento más allá de la frontera y quitar el control kurdo de un territorio de importancia estratégica. Desde marzo de 2018 la ciudad y el área circundante son administradas por el ejército turco y por los rebeldes sirios, aliados a Ankara. El conflicto provocó violencias que han involucrado también a cristianos, víctimas-como los kurdos- de una “limpieza étnica soft”.

El atentado de ayer por la tarde es uno entre los más violentos y sangrientos sucedidos en la región y como en el pasado, los turcos han acusado a las milicias separatistas kurdas. En la réplica, los combatientes YPG subrayan que jamás tomaron en consideración a los civiles como objetivo de sus operaciones.