Activistas y ONG contra el proyecto de ley del muftí: viola los derechos de los malasios, musulmanes y no musulmanes
La controvertida norma sometida a segunda y tercera lectura en la actual sesión parlamentaria. Los opositores rechazan sin apelación el texto, que otorgaría amplios poderes a un funcionario no elegido pero nombrado por los ministros y convertiría en ley una fatwa (también para los no musulmanes). Para sus promotores, pretende definir el papel y las responsabilidades del muftí en los territorios federales.
Kuala Lumpur (AsiaNews) - El controvertido proyecto de ley denominado Mufti Bill, presentado para segunda y tercera lectura en la sesión parlamentaria que comenzó el 14 de octubre, socava la autoridad y el poder del gobernante de Malasia (Agong) y perjudica a los ciudadanos al someterlos al control del gobierno. Así lo ha denunciado la abogada y activista pro derechos humanos Latheefa Koya, que ha hecho un llamamiento a todos los miembros de la Asamblea para que rechacen por amplia mayoría la legislación propuesta sobre el muftí (y los territorios federales). La legisladora rechaza sin apelación la ley que pretende regular el cargo de muftí de los territorios federales porque, según ella, acabaría «otorgando amplios poderes a un funcionario no elegido, sino nombrado por un ministro, dictando la vida de los musulmanes y la forma en que deben practicar la fe islámica».
En su llamamiento, Latheefa también culpó a los parlamentarios de haber guardado silencio sobre la cuestión durante meses, desde que se presentó por primera vez en julio el proyecto de ley promovido por el ministro de Asuntos Religiosos, Mohd Na'im Mokhtar. Según la diputada y activista, el proyecto de ley «creará de hecho “dos autoridades principales” para los asuntos islámicos en los territorios federales, un muftí además del Yang di-Pertuan Agong (el sultán), que es el jefe según la Constitución del Islam en los territorios federales y establece que un sultán no gobierna» en esta materia. De este modo, el muftí se convierte en «la máxima autoridad “junto al Agong” y acaba derogando la posición del propio Agong como cabeza del islam en Malasia», tal y como estipulan los artículos 3(5) y 34(1) de la Carta Federal.
El proyecto de ley del muftí 2024, como se le conoce, pretende definir el papel y las responsabilidades del muftí en los territorios federales de Kuala Lumpur, Labuan y Putrajaya. Entre sus funciones figuran asesorar al rey sobre las normas de la sharia (artículo 4), emitir fatwas (artículo 10), los comités de seguimiento de las fatwas (artículo 7), los avistamientos de la luna (artículo 22) y los asuntos relacionados con la educación religiosa islámica (artículo 26). El proyecto de ley aviva la polémica sobre la adhesión a la confesión suní y a las escuelas teológicas al-Asyairah y al-Maturidiyah, se considera inconstitucional y una amenaza para las libertades individuales y los derechos humanos.
También la abogada y activista Siti Kasim ha expresado duras críticas, según las cuales la ley no sólo «despojará a los musulmanes de sus derechos constitucionales, sino también a los no musulmanes», al reforzar indebidamente los tribunales islámicos (tribunales de la sharia). De ahí el llamamiento a revisar el texto, para evitar una deriva que acabe hundiendo al país. A este respecto, el experto pone el ejemplo de Líbano, «que en el pasado se jactaba de tener una población compuesta por un 80% de cristianos, y sin embargo permitieron que los musulmanes se afianzaran en el país y que la islamización floreciera sin control». «Sea como fuere, esto demuestra», concluye, “cómo el Islam político es capaz de conquistar un Estado no musulmán incluso en la era contemporánea”.
En una nota conjunta, una coalición de 14 ONG de los estados borneanos de Sabah y Sarawak afirma que, de aprobarse, el proyecto de ley «dejaría de lado de forma efectiva la monarquía constitucional, el gobierno laico y la democracia parlamentaria laica» en el corazón del país. El activista Peter John Jaban, fundador de Saya Anak Sarawak (Sas), afirmó que el proyecto de ley sobre el muftí también cuenta con la «oposición» de los musulmanes, que temen «un giro sectario más explícito» que favorezca a una comunidad en particular. Jaabn también advirtió de que la politización de las ideologías «fomentará la intolerancia y el radicalismo al promover valores deshumanizadores y socavar la democracia».
El ministro de Asuntos Religiosos tiene una opinión diferente, según la cual la ley incluye disposiciones sobre el papel de los muftíes, sobre las reglas y doctrinas islámicas y sobre cuestiones relacionadas con los territorios federales, pero no afecta a las libertades y derechos de musulmanes y no musulmanes. Palabras que no convencen a expertos y ex altos cargos del gobierno, como el ex ministro de Justicia Zaid Ibrahim, que subraya perentoriamente: «¿Qué tiene de malo la propuesta de ley sobre el muftí? Transforma o convierte en ley una fatwa, considerada tradicionalmente en la jurisprudencia islámica sólo como una opinión consultiva».
17/12/2016 13:14