Activista palestino: los ‘Acuerdos de Abraham’ no detienen la anexión israelí

El gobierno israelí ayer dio el visto bueno para la construcción de más de 2.000 nuevos asentamientos en los Territorios ocupados, en Cissjordania. Peace Now: Netanyahu pierde otra ocasión para la paz. Adel Misk: el acuerdo es “una máscara”, como tantas otras del pasado, empezando por los pactos de Oslo. La traición del mundo árabe.

Jerusalén (AsiaNews) - Siendo palestino y una persona que “ama la paz y quiere defender los derechos de los ciudadanos de esta tierra”, la señal que acaba de enviar el gobierno israelí no hace más que confirmar que “jamás tendrá intenciones de detener los planes de anexión. Y muestra un total desinterés por nuestros derechos”. Son las palabras de Adel Misk, un neurólogo y activista palestino, en diálogo con AsiaNews, al comentar el anuncio del gobierno israelí, que aprobó la construcción de 2.000 nuevos asentamientos en los Territorios ocupados, en Cisjordania. Es el primer visto bueno desde la firma de los “Acuerdos de Abraham”, en cuyo marco el mismo premier Benjamin Netanyahu había declarado que el proyecto de anexión estaba “suspendido”. “Todos los que amamos la paz sabemos que son ilegales, y que niegan los derechos de los propietarios de la tierra, los palestinos, que son más pobres”, subraya el activista.

Ayer el gobierno israelí de centro-derecha dio luz verde a más de 2.000 nuevos asentamientos, en su primer visto bueno desde la normalización de las relaciones con los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin. Siendo más específicos, se construirán 560 nuevos edificios en las colonias de Har Gilo (1600 habitantes), situadas entre Jerusalén y Belén; varios cientos más en Beit El, cerca de Ramallah y Efrat, cerca de Belén. Según los informes de Peace Now, una ONG israelí contraria a la ocupación, estas son las primeras autorizaciones después de un estancamiento de ocho meses. Con estas obras, añade el grupo, Netanyahu "refuerza de facto la anexión de la Ribera Occidental" y "pierde una ocasión para la paz".

Adel Misk, vocero de The Parents Circle, una asociación que reúne a cerca de 250 israelíes y 250 palestinos, todos familiares de víctimas del conflicto, señala que el llamado "Acuerdo de Abraham" en realidad es "una máscara, como tantas otras que el gobierno israelí se ha colocado en el pasado" para perseguir sus propios intereses. Por un lado, continúa, "están las palabras y por otro los hechos, tal como sucedió con los acuerdos de Olso" y con todos los demás pactos firmados que se quedaron en papel mojado. "En todos estos años - añade - lo que hemos visto es una continua negación del derecho de los palestinos a tener una tierra".

El médico y activista, en diálogo con AsiaNews, prosigue: “Como palestino, me siento traicionado” por las naciones del Golfo y por el mundo árabe en general, “como justamente ha subrayado la dirigencia palestina, al hablar de una puñalada por la espalda”. Todo lo que se dijo y todo lo que se escribió en varios convenios árabes no fueron más que eslóganes y bellas promesas de fachada - agrega -, pero en los hechos, se ignora. Cada uno defiende sus intereses, eliminando la cuestión palestina: si bien figuraba como primer punto en la lista de programas, ya se ha convertido en un elemento meramente marginal, de escaso interés para el mundo árabe”.

Para el médico palestino "el aspecto económico siempre ha prevalecido" y hace "20 años que los Emiratos dejaron de apoyar nuestra causa". En cuanto al futuro, la situación sigue siendo incierta también por la pandemia del nuevo coronavirus, que ha empobrecido aún más a una población que ya estaba sufriendo: "En los próximos meses, la situación seguirá siendo compleja. Los factores determinantes serán las elecciones de los Estados Unidos y la posible confirmación de Donald Trump; los procesos judiciales por los que Benjamin Netanyahu debe responder; la situación determinada por el Covid-19. El pueblo israelí debe despertar y dar mayor impulso a las protestas en curso, debe rescatarse y luchar en primera persona para que se resuelva la situación palestina", concluye Adel Misk.