Académico iraquí: el bloque sadrista con suníes y kurdos es un paso ‘positivo’
El líder chiíta ha formado la coalición Enqadh Watan. El Parlamento aún no logra los números para elegir presidente y primer ministro, pero se abren nuevas perspectivas. Los intentos de la oposición iraní para que fracase la alianza. Saad Salloum: es fundamental pasar "del componente sectario" al "concepto de comunidad, ciudadanía e identidad nacional".
Bagdad (AsiaNews) - Un bloque que supere las tradicionales divisiones sectarias y confesionales, capaz de unir a chiitas, sunitas y kurdos y crear una mayoría parlamentaria para formar gobierno y elegir al próximo jefe de Estado. Si bien es un proceso largo y problemático, el hecho representa un punto de inflexión para Irak: podría poner fin a los meses de estancamiento que siguieron a las elecciones generales de octubre pasado y contribuir a la construcción de un país que sea garante de "paz y fraternidad" para sus ciudadanos.
La iniciativa proviene del bloque encabezado por el líder chiíta Moqtada al-Sadr, que obtuvo el mayor número de escaños (75) en la última ronda electoral. El 25 de marzo creó la coalición Enqadh Watan [Salvar la Patria]. En el pasado, su bloque se orientaba a otras facciones chiítas -que ahora se enfrentan entre sí- y sobre todo al apoyo a Irán. Sin embargo, esta vez el bloque sadrista apunta a una alianza con el Partido Democrático del Kurdistán (PDK, 31 escaños) y la Sunni Coalition of Sovereignty (62 escaños).
Por el momento, ninguna coalición consigue elegir al jefe de Estado, ya que se requiere una mayoría de dos tercios de los diputados. Por este motivo, el país lidia desde hace seis meses con un bloqueo político e institucional que podría comprometer su futuro, ya que no puede contar con un nuevo Ejecutivo que ejerza plenamente sus funciones. Un gobierno que deberá responder a múltiples desafíos, que van desde las crisis internacionales a los problemas internos relacionados con la economía, la corrupción, además de la reconstrucción de la posguerra.
AsiaNews entrevistó a Saad Salloum, periodista y profesor asociado de ciencias políticas en la Universidad al-Mustanṣiriyya de Bagdad, una de las más antiguas del mundo. El experto dice que la conformación de este nuevo bloque es una señal "positiva" que podría inaugurar un cambio: pasar "del componente sectario" al "concepto de comunidad". El académico iraquí explica que para el país "es muy importante" cambiar "el sistema político" vigente desde 2003, tras la invasión estadounidense, y "basado en componentes que excluían el concepto de comunidad, centrándose sólo en ser chiíta, suníta, yazidí, etc".
Como consecuencia, dice, “los partidos se dedicaron a representar a sus respectivos componentes, aportando sólo las reivindicaciones y demandas de ese sector, impidiendo el nacimiento de una verdadera identidad nacional y sin dejar espacio al concepto de ciudadanía. Por ello, "todo movimiento orientado a rechazar este sistema y esta filosofía es positivo: en vez de centrarnos en un componente, debemos pensar en una mayoría política, y toda señal que vaya en esta dirección es vista de forma positiva", concluye.
El bloque sadrista -y la incipiente coalición- se enfrentan con el Coordination Framework chiíta (cercano a Teherán), que puede contar con 64 diputados en el Parlamento y no ha perdido la esperanza de desempeñar un papel activo en la formación del nuevo ejecutivo. Según la historia y la tradición, los chiítas con el bloque más numeroso se habrían aliado para intentar formar un gobierno. Esta vez, sin embargo, las divisiones -especialmente entre al-Sadr y los pro iraníes- son demasiado difíciles y profundas como para salvarlas y llegar a un acuerdo. Por tanto, el líder radical chií optó por centrarse en los suníes y los kurdos para formar un bloque capaz de superar las diferencias sectarias.
Enqadh Watan propuso a Riber Ahmad, ministro del Interior del Kurdistán iraquí, para la presidencia y a Jafar al-Sadr, primo de Muqtada y embajador iraquí en el Reino Unido, como primer ministro. El 26 de marzo, los miembros de la coalición convocaron a una sesión parlamentaria para elegir jefe de Estado, pero la votación fracasó. El bloque necesitaba una mayoría de dos tercios (220 escaños), pero sólo 202 dieron el presente. Y las tres agrupaciones aliadas sólo pudieron contar con un máximo de 168 escaños, muy lejos del número requerido. Tras el fracaso de la sesión, la coalición busca ahora los escaños necesarios, pero la tarea está resultando difícil: Teherán se opone a la votación y detrás de bastidores, maniobra para dividir a los chiíes y crear una resistencia interna dentro de la coalición, entre suníes y kurdos.
31/08/2022 11:21