Abandonar el Islam que nunca eligieron: la batalla judicial de los Orang Asli
Un juez malasio ha estimado el recurso de un pequeño grupo tribal del Estado de Pahang, ordenando que el caso sea juzgado por el Tribunal Superior. Alegan que siempre han profesado una religión animista tradicional y que han sido engañados por su desconocimiento de la lengua malaya, en violación de la Ley de Pueblos Aborígenes.
Kuala Lumpur (AsiaNews) - 137 indígenas orang asli del grupo tribal Bateq Mayah, que afirman haber sido convertidos a la fuerza a la religión islámica, tendrán por fin la oportunidad de llevar su caso ante los tribunales. El juez Datuk S. Nantha Balan, que presidió el panel de jueces, remitió su demanda al Tribunal Superior de Kuantan (capital del estado de Pahang) para su vista, afirmando que el caso de los demandantes debe ser escuchado porque se trata de acusaciones muy graves e indignantes de conversión forzada ilegal.
Añadió que las autoridades federales y estatales pueden presentar sus escritos de defensa antes del 11 de noviembre, mientras que la vista del caso está prevista para el día siguiente.
El año pasado, el Tribunal Superior había accedido a la petición del gobierno federal y otros cinco demandados de anular la demanda civil interpuesta por las tribus sin oír su fondo. En su veredicto, Nantha Balan afirmó que, en interés de la justicia, el Tribunal Superior no debería haber desestimado la demanda presentada por los demandantes por haber expirado los plazos. Presentado el 28 de septiembre de 2022, el caso alegaba que la conversión ilegal e ilícita se llevó a cabo en abril de 1993.
Este caso ha reavivado la atención sobre los orang asli, un grupo étnico minoritario asociado erróneamente a la comunidad musulmana. También ocurre en los planes y censos gubernamentales. Estas 137 personas, seguidores de una religión animista tradicional, presentaron la demanda para recuperar su identidad original como no musulmanes. Según los abogados encargados de su protección legal, la conversión fue extorsionada por su falta de comprensión de la lengua malaya.
Sólo años más tarde se dieron cuenta de que su estatus violaba la Ley de Pueblos Aborígenes de 1954, cuyo objetivo es proteger sus tradiciones y proteger a los pueblos indígenas de la explotación y la discriminación.
Su situación salió a la luz tras la intervención de la abogada orang asli y activista de derechos humanos Siti Kasim (en la foto). En declaraciones a los medios de comunicación tras el proceso, declaró: «Se pusieron en contacto conmigo hace más de 10 años para contarme su situación. Incluso después de que el Tribunal Supremo accediera a la petición del gobierno federal el año pasado, no se rindieron. Con el tiempo, también trajimos a otros abogados para que les ayudaran. Están decididos a conseguir lo que quieren: abandonar una religión que nunca quisieron ni practicaron».
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