ANP: Qin Gang no descarta una 'guerra' con EE.UU. Los datos de las exportaciones recomiendan prudencia

de Emanuele Scimia

Nuevo ministro de Relaciones Exteriores en el "Parlamento" chino: Washington es fuente de inestabilidad global. Reiteró su apoyo a Rusia, incluso si la invasión de Ucrania es contraria al nuevo orden internacional que busca Beijing. Salvar a Putin significa continuar la guerra que amenaza la economía de China: las exportaciones chinas registraron -6,8% en enero-febrero.

Roma (AsiaNews) - Una larga diatriba contra Estados Unidos. En su primera conferencia de prensa al margen de la reunión anual de la Asamblea Nacional Popular, el nuevo ministro de Relaciones Exteriores de China, Qin Gang, dijo hoy que si Washington "no pisa el freno y continúa por el camino equivocado, definitivamente habrá conflicto y confrontación".

En línea con el pensamiento de Xi Jinping, la arenga antiestadounidense de Qin era de esperar: hay demasiados puntos de discordia entre las dos potencias, desde Ucrania hasta Taiwán, pasando por la guerra tecnológica y comercial.

En la concepción de Qin, Estados Unidos es la "mano invisible" que presiona para intensificar la crisis de Ucrania. La administración Biden también es culpable de querer crear una "OTAN asiática" y de haber creado una "trampa de la deuda" global con el aumento de las tasas de interés.

Qin negó que China haya suministrado armas a Rusia, pero se opone a que Estados Unidos arme a Taiwán mientras sanciona a otros países que hacen lo mismo con Moscú. La respuesta más obvia es que Taiwán no ha infringido el derecho internacional al invadir un estado soberano y violar su integridad territorial.

La legalidad internacional, la no injerencia en los asuntos internos de otros países, la soberanía y la integridad territorial son en los papeles los pilares de la política exterior de China. El propio Qin lo reiteró hoy, en referencia al "plan de paz" chino para Ucrania y la "Iniciativa de Seguridad Global" de Xi Jinping, las dos propuestas que se presentaron la semana pasada.

En vez de ser consistente con las directrices oficiales de la diplomacia nacional, Qin continuó dando cobertura a Rusia y señaló que Beijing y Moscú han "establecido un buen ejemplo para las relaciones internacionales". En el caso de la invasión rusa de Ucrania, China hace la vista gorda y deja que los rusos pisoteen los principios en los que debe basarse su "nuevo orden mundial multipolar".

Desde el conflicto hace un año, China ha mostrado en varias ocasiones de forma encubierta su descontento con la invasión rusa de Ucrania. En medio de la competencia geopolítica con EE. UU., Xi no puede permitirse, sin embargo, que su socio "ilimitado" Putin pierda la guerra de Ucrania, con el riesgo de encontrarse con un gigante de arcilla desestabilizado en sus fronteras.

Sin embargo, dejar en pie al “zar de Rusia” significa aceptar que el conflicto continúe. Y a pesar de las ventajas económicas como la posibilidad de comprar gas y petróleo a precios de descuento a Moscú, la inestabilidad global tras el ataque armado de Rusia amenaza la economía china.

En enero y febrero las exportaciones chinas -motor del milagro económico chino- cayeron un 6,8% en un año, tras la reducción del 9,9% que ya se había registrado en diciembre. Los altos precios de la energía, en parte por el conflicto ruso-ucraniano, empujan a la baja la demanda mundial . Debido a la pandemia de Covid-19 y las restricciones comerciales de EE.UU., Xi ha apuntado al crecimiento del consumo interno para reducir la dependencia del país del comercio exterior. Sin embargo, el gasto interno no ha despegado, mientras que la parte del PBI cubierta por las exportaciones ha pasado del 19% en 2021 al 19,8% el año pasado.

En términos reales, el gasto per cápita en China cayó un 0,2 % en 2022, después de crecer un 12,6 % el año anterior -la base de referencia, sin embargo, era muy baja, dado el pico de covid en 2020. Esta es la tercera caída desde 1980, cuando las autoridades comenzaron publicar este tipo de estadísticas. Las ventas minoristas, la medida del consumo interno, también se contrajeron un 0,2%: la segunda peor cifra desde 1968.