A la espera de Trump, Netanyahu da luz verde para cientos de asentamientos nuevos

El encuentro entre el premier y el presidente de los Estados Unidos será en febrero. La municipalidad de Jerusalén ha aprobado 556 nuevas viviendas en los asentamientos de Pisgat Zeev, Ramat Shlomo y Ramot. Con el juramento de Trump, se abre una “nueva era” para Israel en lo que se refiere a las relaciones entre los dos países. Presiones de la extrema derecha para que se amplíe el polémico asentamiento de Maaleh Adumim. La decisión seguirá congelada hasta que se concrete la reunión cumbre en Washington.

Jerusalén (AsiaNews/Agencias) – Al día siguiente del juramento del nuevo presidente de los EEUU Donald Trump, Israel aprobó la construcción de cientos de nuevos asentamientos en Jerusalén Oriental. “Finalmente ahora podremos construir”, subrayó el subintendente de la ciudad, Meir Turgeman, confirmando la percepción de un nuevo clima en lo que respecta a las relaciones entre Washington e Israel. La réplica palestina fue inmediata, en boca del vocero del presidente Abu Mazen, quien “condena con fuerza” la decisión.

En la últimas semanas, el premier israelí Benjamin Netanyahu solicitó que se suspendieran los permisos de construcción; una opción que fuera dictada por la condena del Consejo de Seguridad de la ONU –con la abstención de los EEUU- y a la espera del fin del mandato de Barack Obama en la presidencia de los Estados Unidos, quien en el último período se mostrara fuertemente contrario al desarrollo de los asentamientos.

Una nota del gobierno israelí confirma el “clima de gran calidez” que caracterizó la comunicación telefónica de ayer entre el premier Netanyahu y el presidente de los EEUU Donald Trump, que han inaugurado una “nueva era” en las relaciones. Además, el nuevo inquilino de la Casa Blanca habría invitado al jefe de gobierno israelí a Washington, para tener un encuentro oficial en el mes de febrero, aunque la fecha aún debe ser establecida.

Son muchos los temas de la agenda tratados preliminarmente entre Trump y Netanyahu; entre los más urgentes, figuran el acuerdo internacional iraní en materia nuclear [Teherán representaría una “amenaza” para los dos líderes] y el proceso de paz con los palestinos. Según fuentes de la Casa Blanca, el presidente también habría afirmado que la paz entre Israel y Palestina sólo puede ser alcanzada “con negociaciones directas” entre las dos realidades.

La municipalidad de Jerusalén ha dado luz verde para la construcción de 556 nuevas viviendas en Jerusalén oriental, en los asentamientos de Pisgat Zeev, Ramat Shlomo y Ramot. “Me han dicho que debía esperar hasta que Trump asumiera oficialmente -declaró Turgeman – porque él no tiene ningún problema con la construcción en Jerusalén”. El juego ha cambiado, agregó, porque ahora “ya no sentimos más que tenemos las manos atadas, como ocurría en tiempos de Barack Obama”.

Para el presidente saliente, la política expansionista de Israel era un obstáculo a la solución de los “dos Estados”; la posición de Trump es muy distinta, pues parece mostrarse más favorable. También siembra miedo el controvertido anuncio dado durante la campaña electoral, cuando él anticipó que la embajada americana sería trasladada a Jerusalén.

Bajo el gobierno de Netanyahu ha habido un considerable incremento de las colonias israelíes. Durante el año 2015, al menos 15.000 nuevos colonos se transfirieron a la West Bank. Según la organización Peace Now, en el 2016 la administración israelí ha dado luz verde para 2.623 nuevos asentamientos. Entre ellos, hay 756 viviendas levantadas de manera abusiva, que fueron “legalizadas” a posteriori.

Actualmente, son cuando menos 570.000 los ciudadanos israelíes que viven en más de 130 asentamientos, construidos por Israel a partir de 1967, fecha de inicio de la ocupación, y que en los últimos tiempos han crecido a un ritmo exponencial, gracias a la política expansionista del gobierno israelí. A los asentamientos se suman cuando menos 97 puestos de avanzada, considerados ilegales no sólo por el derecho internacional, sino también por el mismo gobierno israelí.

Los coloquios de paz se interrumpieron en el año 2014, detonando una escalada de violencia frente a la cual se ha vuelto cada vez más evidente la inercia (o la impotencia) de la comunidad internacional. A mediados de mes se celebró una conferencia de paz sobre Oriente Medio en París, en la cual no estuvo presente ninguno de los dos frentes, ni el israelí, ni el palestino, y que se concluyó con una estéril declaración de objetivos.

En este contexto de renovadas alianzas, la extrema derecha israelí aprovecha la ocasión para imprimir una aceleración definitiva en el tema de los asentamientos y así impedir –de hecho- el nacimiento de un futuro Estado palestino. El ministro israelí de Instrucción, Naftali Bennett, líder del partido ultranacionalista “Casa hebrea”, relanza el pedido de ampliación del asentamiento de Maaleh Adumim, en las inmediaciones de Jerusalén. Se trata de uno de los primeros asentamientos promovidos por Israel, habitado por cerca de 40.000 personas, situado en una franja de tierra que separa a Jerusalén oriental de Cisjordania. Una ampliación que cancelaría -en los hechos- la continuidad territorial del futuro Estado palestino, y que plantearía un límite enorme a la hora de optar por Jerusalén oriental como su capital. Una eventual ampliación podría detonar un conflicto sin precedentes en la región. De aquí surge la decisión del Ejecutivo, “por unanimidad”, de suspender cualquier decisión antes del encuentro entre Trump y Netanyahu, en el mes de febrero .