¿Quieren realmente los chinos Siberia?

de Vladimir Rozanskij

La disputa de territorios septentrionales con Rusia es una constante en la historia de los últimos siglos. Pero hoy en día no existe en absoluto una prisa por parte de los habitantes de la provincia de Heilongjiang por buscar un hogar en Siberia. Más bien, el avance de Pekín pasa por el yuan, que está sustituyendo al rublo en las transacciones comerciales. Lo que está en juego son los recursos naturales

Moscú (AsiaNews) - La disputa por los territorios asiáticos de Siberia entre Rusia y China es una cuestión que se arrastra desde hace al menos un par de siglos, desde los zares «conquistadores», pasando por las esferas de influencia del comunismo soviético y maoísta, hasta la actual expansión de la China de Xi Jinping, en detrimento de la Rusia de Putin totalmente comprometida en la guerra de Ucrania. Sin embargo, también se hace mucho hincapié en la «reconquista» china de estas tierras, como sostiene el analista y bloguero ruso-ucraniano Aleksej Kušč.

El deseo de los chinos de irse a vivir a Siberia, ante el evidente flujo hacia el Lejano Oriente ruso, sería en realidad «uno de los muchos mitos sobre China». La población de la provincia de Heilongjiang -nombre que significa río del Dragón Negro por estar situada a lo largo del curso del Amur, el río que divide los dos países- lleva tiempo disminuyendo, y los habitantes de esta región sueñan con trasladarse al sur de China antes que al frío siberiano.

El interés por Siberia, comenta Kušč, se centra más en sus recursos naturales, desde la madera a los minerales extractivos, y más que la emigración masiva aquí cuenta la moneda, el yuan chino, que está sustituyendo en gran medida al rublo en el comercio, incluso para los propios rusos. Gracias a las sanciones occidentales contra Moscú, China está reforzando su posición geopolítica y económica frente a los rusos, y puede permitirse extender su influencia no sólo sobre Siberia, sino también sobre Asia Central y gran parte del antiguo imperio soviético.

Otro argumento bastante artificioso se refiere a la relativa escasez de tierras habitables para la enorme población china, mientras que los espacios siberianos están en gran medida vacíos y a disposición de quienes deseen vivir más cómodamente. La verdad es que China dista mucho de estar superpoblada, y las tierras del norte están igualmente poco habitadas debido al clima, que ciertamente no es mejor en Siberia. Más bien, el analista cree que China es «líder mundial en el uso racional y óptimo de la tierra».

De hecho, la población china disminuye no sólo en sus fronteras con Rusia, sino en todo el país, y la cuestión demográfica es cada vez más preocupante, con una enorme desproporción entre nacimientos y defunciones y el consiguiente envejecimiento medio de los habitantes. Desde hace años se han abolido las normas de control y restricción de la natalidad (el principio de «una familia - un hijo») y se intenta estimular la natalidad por todos los medios, como también se hace en Rusia.

Es cierto que China depende en gran medida de las exportaciones, pero, según el analista, tampoco en este caso hay que exagerar: el PIB chino asciende a 20 billones de dólares, mientras que la balanza comercial exterior se mantiene en torno a los 6 billones, lo que no representa más del 30% del conjunto de la economía. Kušč recuerda que en Ucrania, antes de la guerra, el volumen de exportación rondaba el 55%, y «esto es una dependencia real». Si se bloqueara todo el comercio exterior, China sufriría un duro golpe en su economía, pero 'podría sobrevivir', e incluso el nuevo presidente de EEUU, Donald Trump, que amenaza con imponer fuertes aranceles a todas las importaciones, habla de 'una política arancelaria moderada' hacia China.

Al fin y al cabo, concluye el bloguero, la economía china no se queda confinada al factor de crecimiento de las inversiones en el exterior, sino que busca aumentar el consumo interno, incluso cambiando algunas políticas de años pasados. La clase media en China se mide en unos 400 millones de personas, y hay mil millones de consumidores activos a los que satisfacer antes de pensar en buscar casa en Siberia.

Foto: Flickr / anatoly_l