Vicario de Arabia: por motivos religiosos, fueron asesinadas las hermanas de la Madre Teresa en Yemen

Mons. Paul Hinder habla con AsiaNews de una “clara señal” y de un ataque “que tiene que ver con la religión”. Fue secuestrado el sacerdote que vivía en el complejo, la superiora logró salvarse refugiándose en un escondite. En el ataque fueron muertas cuatro religiosas y diez civiles. Para el Vicario, "sacrificaron su vida siguiendo su carisma".

Saná (AsiaNews) – Esta mañana, a las 8.30, “hombres uniformados irrumpieron en el complejo donde viven las misioneras de la Caridad y asesinaron al guardián y a todos los empleados que se interpusieron en su camino. Luego llegaron donde las hermanas y abrieron fuego, cuatro de ellas murieron, y una de ellas logró esconderse y se salvó. Ahora está en un lugar seguro”. Es dramático lo que Mons. Paul Hinder, vicario apostólico de Arabia meridional, dice a Asia News, relatando el ataque “por motivos religiosos” de esta mañana contra el convento de las Hermanas Misioneras de la Caridad en Aden, ciudad ubicada en el sur de Yemen.

Las víctimas son sor Anselm, de la India, sor Marguerite de Ruanda, sor Judit de Kenia y sor Reginette, originaria de Ruanda. Se salvó, en cambio, la superiora, que logró refugiarse en un escondite. Además, los atacantes habrían secuestrado al padre Tom Uzhunnalil, un sacerdote salesiano que vivía en el complejo, quien, en el momento del asalto, “estaba rezando en la capilla”. Las víctimas suman 14 en total: cuatro religiosas y diez laicos, empleados de la comunidad, que hospedaba a ancianos e inválidos.

Para Mons. Hinder la “señal esclara; se trata de algo que tiene que ver con la religión”.

“Sabíamos que la situación era difícil –prosigue el prelado- y que las hermanas [quienes ya e el pasado habían sido blanco de ataques] corrían cierto riesgo”. Sin embargo, agrega. “habían decidido permanecer sin importar qué ocurriera, porque eso forma parte de su espiritualidad. Por último, era claro que “la zona no era segura”, no obstante no hubo avisos particulares al respecto y siendo que “es difícil tener noticias”.

En julio de 1998 otras tres hermanas de la orden de las Misioneras de la Caridad, fundada por la Madre Teresa de Calcuta, fueron asesinadas en Yemen por un hombre armado, mientras salían del hospital de la ciudad de Hodeida. Las autoridades de Saná dijeron en aquél momento que el agresor era un “desequilibrado saudita”. Dos de las misioneras muertas, sor Lilia y sor Anneta, eran de nacionalidad india, mientras que la tercera, sor Michelle, era oriunda de Filipinas.

Desde enero del año pasado, las naciones del Golfo son teatro de un sangriento conflicto interno que enfrenta a la plana de líderes sunitas, apoyada por Arabia Saudita, con los rebeldes Houthi, cercanos a Irán. En el mes de marzo, los sauditas, jefes de una coalición, lanzaron ataques aéreos contra los rebeldes, en un intento por liberarla capital, Saná, y entregar nuevamente el país al presidente Abdu Rabu Mansour Hadi (quien primero estuvo en el exilio, pero luego regresó al país).

Para Arabia Saudita, los Houthi, aliados de las fuerzas leales al ex presidente Ali Abdullah Saleh, son apoyados por Irán en el plano militar; una acusación que Teherán rechaza con indignación. En el país hay, por otro lado, grupos extremistas activos que están vinculados a al Qaeda y milicias yihadistas ligados al Estado islámico, que han contribuido a aumentar la espiral de violencia y terror.