Torturadas, violadas y sin dinero: mujeres migrantes regresan del infierno de Arabia Saudita
En los últimos tres años, cerca de 5.000 trabajadoras regresaron del reino saudita. Entre 1991 y 2018, al menos 700.000 mujeres buscaron empleo en el exterior, y 250.000 fueron a Arabia. La ONG Brac brinda apoyo a las mujeres que huyeron del infierno, y las ayuda a reinsertarse en la sociedad.
Daca (AsiaNews) – Torturadas, obligadas a sufrir la violencia sexual y sin dinero. Son las penosas condiciones en las que regresan a su país miles de mujeres bangladesíes, tras huir de Arabia Saudita, donde fueron a buscar mejor fortuna. Las cifras son altísimas: según Brac, una ONG que se ocupa de recuperar y atender a las migrantes que logran escapar de lugares de tortura, en los últimos tres años, ha habido 5.000 mujeres en esta situación.
Según datos oficiales, hay cuando menos nueve millones de ciudadanos bangladesíes trabajando en el exterior, en 160 países en todo el mundo. Los que tienen la suerte de dirigirse a los Estados Unidos o a Europa, llevan vidas difíciles, pero dignas. Los que van a los países medio-orientales a menudo desembarcan en un infierno, particularmente cuando se trata de migrantes mujeres.
Una de ellas es Fatama Akter, que dejó en Barisal (centro-sur de Bangladés) a su marido y a sus hijos. Ella cuenta a AsiaNews: “Fui a Arabia Saudita en busca de fortuna, a pesar de que mi marido no estaba de acuerdo. Pero él se enfermó y quería ganar dinero para cubrir su tratamiento médico y para enviar a nuestros hijos a la escuela”. La mujer explica que después de tres meses de trabajar para un empleador agresivo, “no soporté más. Me enfermé y él me negaba los medicamentos que debía tomar. Además, tenía una deuda tan grande en el trabajo, que de solo atreverme a hablar, él me pegaba”.
Fatama logró huir y pudo regresar a Bangladeés. Como ella, son muchas las mujeres que trabajan como empleadas domesticas. Todas relatan que han vivido episodios de tortura física y psicológica además de irregularidades en el pago de sus salarios.
Kobita Bagum, otra migrante, cuenta: “Era violada periódicamente por tres hombres y si me negaba, también debía sufrir sus golpes. Un día logré huir y fui a la policía. Fue así que logré regresar a Bangladés”. “El gobierno debe dejar de enviar trabajadoras a Arabia – agrega – porque el país no es seguro para las mujeres”.
La ONG Brac calcula que entre 1991 y 2018 cerca de 700.000 mujeres viajaron al exterior en busca de empleo; de ellas, casi 250.000 se encuentran en el reino saudita. Nurul Islam, ministro de Trabajo de Expatriados y de empleo en el exterior, piensa de otra manera: “Las trabajadoras que han regresado de Arabia Saudita –dijo recientemente – no pudieron permanecer, pero no porque fueran perseguidas, sino por motivos vinculados a la comida y a la lengua. Ellas pueden solicitar la asistencia legal de la embajada cuando están en el exterior, sin embargo, optaron por escapar”.
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