Papa: plena unidad con los ortodoxos, pero ‘en las legítimas diversidades, sin ‘absorción’
Recibiendo a la delegación del patriarcado ecuménico, Francisco reafirmó la elección del diálogo. “Los fuertes lazos existentes entre las Iglesias de Roma y de Constantinopla” y el “común compromiso” para ir hacia la “plenitud de comunión”, “en obediencia a la firme voluntad de Jesús”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Continuar en el diálogo entre católicos y ortodoxos para realizar la plena unidad “en las legítimas diversidades, no al achatamiento estandarizado ni tanto menos la absorción”. El objetivo de la plena comunión como la entiende la Iglesia católica fue reafirmado hoy el Papa Francisco en el encuentro con la delegación del Patriarcado ecuménico de Constantinopla, venida a Roma para la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, patronos de la Iglesia católica.
El Papa recordó los “Los fuertes lazos existentes entre las Iglesias de Roma y de Constantinopla” y el “común compromiso” para ir hacia la “plenitud de comunión”, “en obediencia a la firme voluntad de Jesús”.
Luego Francisco recordó, los encuentros con los patriarcas Neofit y Daniel y sus sínodos, realizados en el curso de los recientes viajes apostólicos a Bulgaria y Rumania y los encuentros con que le permitieron apreciar la “riqueza espiritual presente en la ortodoxia”. “Les quiero confiar- reveló- que volví de esos países con un creciente deseo de comunión. estoy siempre más convencido que la restauración de la plena unidad entre católicos y ortodoxos pase a través del respeto de las específicas identidades y la armoniosa convivencia en las legítimas diversidades”. “El Espíritu Santo, por otro lado,- agregó- es quien suscita con creatividad la multiplicidad de los dones y que armoniza, reconduce a la unidad, una unidad auténtica porque no es uniformidad, sino sinfonía de más voces en la caridad. Como obispo de Roma deseo reafirmar que para nosotros católicos el fin del diálogo es la plena comunión en las legítimas diversidades, no al achatamiento estandarizado ni tanto menos la absorción”.
“Por esto me parece precioso compartir en nuestras reuniones nuestras raíces, redescubrir el bien que el Señor ha sembrado y hecho crecer en el otro y darnos unos a otros recíprocamente, aprender unos de otros, ayudarnos a no tener miedo del diálogo y de la colaboración concreta”.
“El escándalo de las divisiones que aún no se han curado por completo tan sólo puede eliminarse con la gracia de Dios mientras caminamos juntos, acompañando los pasos de otros con la oración, anunciando el Evangelio en armonía, trabajando para servir a los necesitados, dialogando en la verdad, sin dejarnos condicionar por el prejuicio del pasado”. Y solo así nos encontraremos y sabremos apreciar más nuestras identidades. Creceremos en conocimiento y afecto mutuo. Experimentaremos que, más allá de las diferencias, es realmente mucho más lo que nos une y nos impulsa a avanzar juntos”.
Y ante los tantos “desafíos de nuestro tiempo”, entre las cuales “la protección de lo creado”, los discípulos de Cristo están llamados a responder con una única voz. “Frente a la preocupante crisis ecológica que estamos atravesando, promover el cuidado de la casa común para los creyentes no es sólo una urgencia que no se puede postergar, como para todos, sino un modo concreto de servir al prójimo, en el espíritu del Evangelio. Igualmente, considero un buen signo la colaboración entre entre la Iglesia católica y el Patriarcado Ecuménico sobre otras cuestiones actuales, como la lucha contra las modernas formas de esclavitud, la acogida y la integración de los migrantes, prófugos y refugiados y la promoción de la paz en los varios niveles”.
05/12/2016 17:00
24/06/2016 15:57