Mujeres vendidas en Tanzania y Qatar como esclavas sexuales
Katmandú (AsiaNews)- Nuestro trabajo “era bailar y satisfacer los deseos sexuales de los clientes que venían al local y nos elegían. No podíamos contar a nuestras familias lo que nos estaba sucediendo. El propietario llevaba siempre consigo una pistola cargada, lista para disparar en el caso que hubiésemos revelado que éramos explotadas”. Quien habla así a AsiaNews es Rima Basnet (nombre ficticio), una muchacha nepalesa de 22 años, que cuenta presa del dolor, que fue seducida con la excusa de un buen puesto de trabajo y vendida en Tanzania como esclava sexual. Como ella, también Kamala Tamarang (otro nombre ficticio), fue explotada y abusada en Qatar, y cuenta haber sido expulsada luego por sus torturadores “porque me había contagiado del virus de HIV/Sida”.
Las jóvenes son dos de las miles de mujeres provenientes de Nepal, Bangladesh y la India que cada año son vendidas como esclavas sexuales en Medio Oriente, África y en las zonas ocupadas por los militares del Estado islámico en Siria. Basnet- entrevistada por el Tribunal de apelación de Patan (en el sur de Katmandú)- proviene de una familia pobre de una minoría del distrito meridional de Morang. Refiere que después de haber terminado el liceo, se mudó a la capital en busca de trabajo. “En Katmandú- dice- un amigo de mi hermano me propuso ir a Tanzania y trabajar como camarera en un restaurante. Me aseguró que sería un trabajo bien pago y me hizo prometer que no iba hablar con nadie. Luego me llevó a un hotel, donde ya estaban otras cinco muchachas. Él nos quitó los pasaportes y todos los documentos y me pidió 200.00 rupías nepaleses (casi 1,700 euros- ndr), pero yo no las tenía. Entonces me dijo que tenía una deuda con él y que mientras tanto él habría invertido en mí”.
La víctima fue transferida a la India uno días después, donde ella y las otras jóvenes fueron consignadas a un agente hindú, que las llevó a un hotel en Delhi. Allí fueron violadas y amenazadas. El viaje de las esclavas terminó con la llegada a Tanzania, en un bar de strippers. “Se nos negaba la comida- continúa- mientras por otro lado nos daban objetos sexuales para atraer la atención de los hombres. Pedimos ser pagadas, pero nos respondieron que habíamos sido vendidas; por lo tanto debíamos hacer todo lo que nos decían”.
La muchacha fue salvada por algunos peatones que la encontraron desmayada e inconsciente en un bosque, donde fue llevada y golpeada hasta desmayarse por haberse negado a continuar satisfaciendo los pedidos sexuales. Algo parecido le sucedió a Kamala Tamang, que provenía del distrito septentrional de Sindhupalchowk, salvada por la asociación Maiti Nepal (la misma que en India salvó a dos mujeres de la explotación de un diplomático saudita - ndr). La mujer fue vendida en Qatar por su cuñado, cuando tenía 18 años. Cuenta a AsiaNews: “fui obligada a tener relaciones no protegidas, incluso con 10 hombres al mismo tiempo”. “Al final me infecté de HIV/Sida y me echaron”. “Pero hay tantas muchachas reducidas a la esclavitud como yo en estos países”.
El fenómeno de la explotación sexual se está difundiendo cada vez más. En el año 2014, la policía de Delhi salvó a 235 mujeres; en el año 2013 a otras 160, de las cuales 43 eran de Nepal; en el 2012 las víctimas salvadas fueron 185, de las cuales 42 eran nepaleses. Desde el inicio de este año, la policía hindú ya arrestó a 62 traficantes de personas; en el año 2013 a otros 199; en el 2012, a 286 personas. Recientemente, el tribunal del distrito de Achham (noroeste de Nepal) arrestó a un hombre de 56 años, Amar Bista, y lo condenó a 44 años de prisión por haber vendido a su mujer como esclava sexual. La suma que cobró fue de 300.000 rupías (unos 2,500 euros- ndr).