Mosul, ferry hundido: el Parlamento destituye al gobernador. Condolencias de la Iglesia

A pedido del Premier, los diputados votaron a favor de la destitución de Nawfal Hammadi al-Sultan y de sus dos vice. Card. Sako: para la reconstrucción se necesita la ayuda de la comunidad internacional. Desde el día de la tragedia, la ciudad es teatro de protestas. Los temores del gobierno: mantener el poder para evitar un ascenso Yihadista como en 2014.

Mosul (AsiaNews)- El Parlamento iraquí votó ayer la destitución del gobernador de Nínive, considerado como el chivo expiatorio de la tragedia del ferry en el río Tigris del 21 de marzo que causó la muerte de 97 personas y al menos son 70 los desaparecidos. La tragedia provocó la indignación popular y afectó a los mayores cargos del país: el presidente iraquí y el mismo gobernador, acudieron al lugar después del accidente y tuvieron que abandonar el área para escapar de la ira de los ciudadanos.

La Iglesia caldea expresa en una nota, enviada para conocimiento a AsiaNews, su "solidaridad” para con la población de Mosul y “sus condolencias” a los familiares de las víctimas. “En esta ocasión -escribe el Card. Luis Rafael Sako- pedimos a todos los actores políticos, sociales y religiosos de la provincia apretar filas y reforzar los objetivos de seguridad y estabilidad”.

El patriarca tiene la esperanza de que la tragedia sea una ocasión para relanzar el programa de “reconstrucción de las infraestruturas y de las casas de los ciudadanos” en aquella que otrora fue el bastión del Estado islámico (ex Isis) en Irak. Una reconstrucción que debe valerse de la reconstrucción de la comunidad internacional, porque “esta operación cara supera la capacidad del Estado iraquí”.

Precedentemente también el Papa Francisco había enviado un telegrama, firmado por el secretario de Estado el Card. Pietro Parolin, a las autoridades civiles y eclesiásticas. El pontífice había expresado su “cercanía” con “aquellos que lloran las pérdidas humanas”, invocando para la entera nación iraquí “curación ,fuerza y consolación”.
Volviendo a la protesta, un grupo de personas tiró piedras y calzados (este último, es considerado como una manifestación de desprecio en la cultura árabe) contra el auto del gobernador Nawfal Hammadi al-Sultan. Para escapar a la multitud, el automóvil aceleró embistiendo a dos personas, una de las cuales tuvo que ir al hospital para ser atendido por los médicos.

En respuesta al levantamiento popular, el Premier iraquí Adel Abdul Mahdi pidió en vía formal al Parlamento destituir del cargo a al-Sultan. Según la ordenamiento del país, la Asamblea tiene el poder de decidir sobre la destitución de los administradores locales (entre los cuales los gobernadores) bajo las indicaciones del Premier, en casos de cuestiones de particular gravedad. Junto al gobernador fueron destituidos también sus dos vice, cumpliedo el pedido del jefe del gobierno.

En la carta enviada a los diputados, Mahadi acusó a al-Sultan y a sus colaboradores de negligencia,faltando al cumplimiento de sus propios deberes y además habló de pruebas que muestran una mala gestión de fondos públicos y abuso de poder. Según algunas fuentes locales la embarcación llevaba un número cinco veces superior de personas respecto a la propia capacidad máxima.

La nave, preparada para el transporte de personas, estaba llena de familias y turistas que celebraban el Nowrūz (Fin de Año) y se dirigía a la isla de Umm Rabaen, localidad turística, a unos 4 km al norte del centro de la ciudad de Mosul. Sugún cuanto surgió de algunas filmaciones, el ferry se había inclinado imprevistamente sobre la derecha embarcando agua, para luego darse vuelta y ser arrastrado aguas abajo por las impetuosas aguas del río.

La tragedia del ferry fue el último, decisivo episodio que marcó la destitución de Al-Sultan, desde hace más de 2 años en la mira del gobierno central porque estaba sospechado de corrupción. En los últimos días en Mosul fue teatro de protestas cotidianas por parte de los ciudadanos enfurecidos. “La ciudad debe volver a la vida de siempre” subraya el general Najim Abed al-Jabouri, uno de los 3 hombres que componen la unidad de crisis creada por el Premier para gobernar la fase de transición en la metrópolis del norte. “Van apagados los focos de tensión”. Le hace eco el colega Muzahim al-Khayat, rector de la universidad ciudadana, según el cual “debe darse a la ciudadanía un mensaje marcado por la transparencia: estamos aquí por la gente, de otro modo terminaremos por perder la ciudad como ya sucedió en 2014” con el ascenso de lo yihadistas del Estado islámico.