Mons. Nassar: La Pascua en Siria, en la fosa por la guerra y el coronavirus
Sumada a 10 años de guerra, la emergencia Covid-19 “nos ha llevado al fondo de una fosa”.En un contexto de “abandono e incertidumbre” Cristo resucitado alivia la “soledad y la oscuridad”. El miedo al virus “hizo callar a las armas” como no han podido tener coloquios de paz y las potencias mundiales. En tiempos oscuros el redescubrimiento de la fe y el nuevo rol social y medios de comunicación”.
Damasco (AsiaNews) - La emergencia coronavirus en el medio de la Cuaresma “nos ha llevado al fondo de una fosa” como si no hubiesen sido ya bastado “diez años de guerra” en este contexto de un contexto de “abandono e incertidumbre”, la luz de Cristo surge para aliviar la soledad y la oscuridad de esta larga e interminable noche de odio y violencias”. Es cuanto subraya a AsiaNews el arzobispo maronita de Damasco, Samir Nassar, narran el clima de la Pascua en un país marcado por conflictos, violencias extremistas, sanciones de EEUU y Europa y pandemia de Covid-19.
Para contrarrestar la emergencia, el gobierno cerró las fronteras y dispuso de estado de sitio de las 6 de la tarde a la misa hora de la mañana; el viernes y el sábado entra en vigor a mediodía hasta las 6 de la mañana del día después. Las únicas actividades abiertas son farmacias, hornos y panaderías, negocios de alimentos y taxis para el transporte ciudadano. Interrumpido el transporte público, no hay ni siquiera medios para viajar entre ciudades y regiones, que se quedan aisladas las unas de las otras.
Hasta hoy el balance oficial es de 25 contagios y 2 víctimas, pero el número de hisopos
sigue bajo.
Una luz de paz-prosigue el arzobispo de Damasco- ilumina nuestra caverna oscura. El coronavirus hizo callar a las armas y la violencia. Una calma rara reina en todos los frentes, una calma que todos los coloquios de paz y las potencias del mundo han fracasado en encontrar”. A esto se une “una respuesta de nuestra fe” lejos de las “iglesias cerradas y en las funciones celebradas delante de bancos vacíos”, donde “cada uno examina la propia f personal y descubrir la propia espiritual sin intermediaciones”, En este contexto surge “un nuevo modo d testimoniar la fe”.
En esta fase, narra el prelado, hemos asistido a un “redescubrimiento de la vida familiar, una luz que restituye a la Iglesia doméstica los propios valores perdidos” en un contexto moderno que llevó al egoísmo, a la soledad y a la supremacía del individuo. La emergencia llevó en concreto “ a los medios de comunicación social y redes sociales” a encontrar un nuevo rol, hacho de relaciones tenidos vivas si bien a distancia, una finalidad reencontrado de “formación e información, un nuevo modo de conocer la vida e instrumento por excelencia de evangelización”-
“l coronavirus.concluye Mons. Nassar. unió al mundo entero delante de la fragilidad de la vida humana y nos ha reportado a la esencia de nuestra fe. Por esto ¿es necesario agradecerle o continuar a tener miedo? Este es un punto sobre el cual debemos reflexionar y meditar, en la perspectiva de la Luz de salvación que deriva de Cristo resucitado”.
17/12/2016 13:14
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