Manila, Tokio y Hanoi, preocupados por los testeos chinos en las islas Spratly
Manila (AsiaNews/Agencias) - Luego de Vietnam, Filipinas y Japón presentaron hoy una nota oficial de condena luego de la decisión de Beijing de “testar” una pista de aterrizaje construida en una de las islas disputadas en el Mar Chino meridional. Tokio expresó su “grave preocupación” por “el acto llevado a cabo por China”, el cual representa “un cambio unilateral del status quo” en la región, y un intento de convertir en un “hecho consumado” la serie de reclamos que se han estado llevando a cabo. Asimismo, el gobierno filipino aseguró hoy que tiene la intención de seguir la misma dirección tomada por Vietnam, y presentar una protesta oficial.
Recientemente, Beijing terminó de construir una pista en un atolón artificial de las islas Spratly, en el Mar Chino meridional, en una zona que desde hace tiempo está en el centro de una dura controversia económica y territorial con los países de la región. En los últimos días, el gobierno chino efectuó un testeo oficial de la pista, haciendo aterrizar un vuelo suyo en la zona.
El de Vietnam fue el primer gobierno en condenar dicha acción, subrayando que eso viola la soberanía nacional de Hanoi, y solicitando, al mismo tiempo, que China interrumpa este tipo de acciones. En respuesta, Beijing rechazó las protestas enviadas por Hanoi y parece destinada a hacer exactamente lo mismo con las declaraciones que Manila y Tokio efectuaron en las últimas horas.
El 2 de enero pasado, Hua Chunying, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, habló de una "aeronave civil” que aterrizó en la isla ("Yongshu Jiao" es el nombre otorgado por Beijing) para verificar si la nueva pista contruida “en territorio chino” responde a los estándares de seguridad civiles. Las tensiones han ido escalando en los últimos años, con China que ha transformado los atolones disputados en las Spratly en islas, que, según los gobiernos de la región, Beijing quiere utilizar con objetivos militares.
El reciente desarrollo de los hechos en el Mar Chino meridional preocupa a varias cancillerías del continente, incluyendo al gobierno japonés, que ya abrió una contienda con Beijing en el Mar Chino oriental por el control de las islas Senkaku/Diaoyu. El país del Sol Naciente declara “no aceptar” una escalada de tensión en la región, y tiene la intención de “cooperar con las demás naciones” para garantizar “la libertad en los mares”.
En las últimas horas, también ha llegado una nota de parte del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, que se une a las naciones de la región Asia-Pacífico, expresando “preocupación” por el experimento chino, que está destinado a intensificar la tensión en la región.
El gobierno chino reivindica una porción consistente de océano, que comprende las islas Spratly y las Paracel, las cuales son disputadas por Vietnam, Taiwan, Filipinas, Brunei y Malasia (casi el 85% del territorio), y ha emprendido la construcción de una serie de islas artificiales con bases militares. En respuesta, Hanoi y Manila -que de primeras promovieron una instancia internacional ante el tribunal de la ONU- han reafirmado sus relaciones bilaterales y hace tiempo que buscan contraponer un frente común.
Los Estados Unidos apoyan a los países del Sudeste asiático, en tanto consideran que es “ilegal” e "irracional" que Beijing aplique la llamada “lengua de buey” para demarcar el territorio, llegando a comprender casi el 80% de los 3,5 millones de km2.
16/12/2022 16:42
11/08/2016 13:53