Luego de la visita de Aung San Suu Kyi, Bangkok despide a migrantes birmanos
Fueron despedidos por haber participado en un encuentro con la líder, ausentándose del trabajo. También separaron de sus cargos a algunos funcionarios encargados de la política laboral tailandesa. El viaje de la premio Nobel duró tres días y llevó a la firma de tres memorandos sobre los problemas de los inmigrantes birmanos en Tailandia.
Yangon (AsiaNews)- Diversos trabajadores migrantes despedidos y al menos veintitrés funcionarios gubernamentales que fueron removidos de sus cargos. Son los primeros actos realizados por la junta militar en el poder en Tailandia, una vez concluida la visita al país de Aung San Suu Kyi, líder democrática birmana. El Ministro de Relaciones Exteriores de Yangon estuvo en el país de los elefantes del 23 al 25 de junio pasado: el centro en torno al cual giró su viaje fue la firma de tres nuevos memorandos sobre la situación de los millones de migrantes birmanos que viven en Tailandia, a menudo sin derechos y explotados por los empresarios locales.
Una de las etapas principales de la visita de Suu Kyi fue el mercado del pescado de Mahachai, en la periferia de Bangkok, adonde decenas de miles de personas se dirigieron, bajo una lluvia torrencial, para encontrarse con la Señora. Con gran decepción de los presentes, las autoridades tailandeses decidieron que sólo quinientas personas habrían de reunirse con la líder democrática. Los migrantes acusaron a la policía de haber perimitido el ingreso sólo a quien pagaba la suma más alta. Además, un viaje programado al campo de prófugos de Them Hin fue cancelado por “problemas de seguridad”.
En los que siguieron, los ministros de Trabajo de ambos países firmaron tres acuerdos referidos a las políticas aduaneras, a los acuerdos de empleo de los migrantes y a la cooperación en las políticas laborales. Aung San Suu Kyi afirmó: “Reconozco que en Myanmar somos responsables por las personas que viven aquí. Jamás nos olvidaremos de ellos”. La Señora aseguró que se crearán miles de puestos de trabajo para aquellos migrantes birmanos que quieran regresar a la patria, y que los refugiados serán repatriados “en el momento oportuno”.
Se estima que son aproximadamente cuatro millones los birmanos que trabajan en Tailandia. Otros cien mil refugiados (incluyendo a la minoría musulmana de los Rohinyá) viven hace años en campos de prófugos situados a lo largo de la frontera entre los dos países. En el centro de los coloquios también estuvieron las dificultades vividas por los inmigrantes, privados de cobertura legal y de derechos fundamentales. Muy a menudo ellos no tienen documentos de identidad ni cobertura médica: sus hijos no pueden asistir a la escuela. La premio Nobel por la Paz dijo estar “confiada en que estaremos en grado de enfrentar estos problemas en el modo justo y a través de un constante diálogo entre los legisladores”.
Luego de los acuerdos firmados con Myanmar, causó gran estruendo la decisión de la junta militar de Bangkok de despedir a algunos de sus funcionarios, incluido el jefe del departamento de trabajo de Mahachai y el director del distrito. Activistas por los derechos humanos protestaron, sobre todo por el castigo recibido por los trabajadores migrantes, que fueron despedidos por haber participado en el evento con Aung San Suu Kyi. U Sein Htay, director de la red para los derechos de los trabajadores migrantes; afirma: “De acuerdo a la ley tailandesa, un empleador no puede despedir a un empleado por haberse ausentado un día. Esto no es justo, y los trabajadores deberían presentar su reclamo ante el Departamento del Trabajo”.
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