El Papa en Japón: la universidad también debe ser un lugar donde aprender a discernir
La visita a la Sophia University de los jesuitas fue la última cita de Francisco, que dejó Japón para regresar a Roma. Si bien en Japón “los cristianos son una minoría, su presencia se siente”. “No obstante la eficiencia y el orden que caracterizan a la sociedad japonesa, se percibe que se desea y se busca algo más: un deseo profundo de crear una sociedad cada vez más humana, compasiva y misericordiosa”.
Tokio (AsiaNews)- En una sociedad “competitiva y tecnológicamente orientada” como la japonesa, los centros de estudios deben mantener su autonomía y la Sophia University de los jesuitas “debería ser no sólo un centro de formación intelectual, sino también un lugar en el cual una sociedad mejor y un futuro más rico de esperanza pueden tomar forma”. La visita al ateneo fundado en 1913 por la Compañía de Jesús bajo invitación del Papa Pío X fue la última cita del viaje del Papa Francisco en Japón, desde donde partió a las 11.43 horas locales (2.43 GMT). La llegada al Aeropuerto de Roma-Fiumicino está previsto para las 17.05.
La jornada de Francisco inició con la misa celebrada en forma privada con los miembros de la Compañía de Jesús en Capilla del Kulturzentrum. Él luego visitó a los sacerdotes ancianos y enfermos y a las 10.00 locales (1.00 GMT). fue a la Sophia University.
En su discurso a más de 700 estudiantes y docentes, Francisco ante todo afirmó que “si bien los cristianos sean una minoría, su presencia se siente. Yo mismo puedo confirmar la estima general en relación de la Iglesia Católica y espero que este respeto recíproco pueda aumentar en el futuro”.
“También observé-agregó- que, no obstante la eficiencia y el orden que caracterizan a la sociedad japonesa, se percibe que se desea y se busca algo más: un deseo profundo de crear una sociedad siempre más humana, compasiva y misericordia. El estudio y la meditación forman de parte de toda cultura y vuestra cultura japonesa es en este sentido, orgullosa de su antiguo y rico patrimonio”.forman de
“En el espíritu de la Encíclica “Laudato si”,- agregó- agregaría que el amor por la naturaleza, tan típico de las culturas asiáticas, aquí debería expresarse en una preocupación inteligente y anticipadora para la protección de la tierra, nuestra casa común”.
“La tradición ignaciana, en la que se basa Sophia, impulse a profesores y estudiantes por igual a crear una atmósfera que fomente la reflexión y el discernimiento. Ningún estudiante de esta universidad debería graduarse sin haber aprendido cómo elegir, responsable y libremente, lo que en conciencia sabe que es lo mejor, señaló y agregó: “Que en cada situación, incluso en las más complejas, se interesen por lo que en su conducta es justo y humano, cabal y responsable, decididos defensores de los vulnerables, y sean conocidos por esa integridad que tanto se necesita en estos momentos en que las palabras y las acciones a menudo son falsas o engañosas”
La universidad, luego, “deberá estar abierta siempre a crear un archipiélago capaz de interconectar lo que social y culturalmente puede llegar a concebirse como separado. Los marginados serán creativamente involucrados e incorporados en el currículo universitario, buscando posibilitar las condiciones para que esto se traduzca en la promoción de un estilo educativo capaz de achicar brechas y distancias.
”El estudio universitario de calidad, más que considerarlo el privilegio de unos pocos, tiene que ir acompañado por la conciencia de saberse servidores de la justicia y del bien común; servicio, dijo que se debe implementar en el área que a cada uno le toque desarrollar. Una causa que nos compete a todos, dijo el Papa, el consejo de Pedro a Pablo sigue siendo cierto hoy: no olvidemos a los pobres (cfr Gal 2,10)”.
Dejada la universidad, el Papa se dirigió al aeropuerto de Yokio-Haneda donde se realizó la ceremonia de despedida de Japón.
