Dacca, p. Kamal: testigo de Cristo con el servicio a la población
El sacerdote es el párroco de la iglesia del Holy Rosary, en el barrio de Tejgaon. Explica qué significa ser sacerdote en un país donde la mayoría es islámica. “Las personas nos conocen por nuestro trabajo amoroso”. “Nos sentimos parte de la Iglesia universal siguiendo las indicaciones del Santo Padre”. De nuestro enviado
Dacca (AsiaNews)- El Papa Francisco “eligió visitar la iglesia del Holy Rosary Church por un motivo bien preciso: aquí están sepultados tantos líderes civiles y cristianos. De este modo, si bien no podrá visitar a todo el país, él quiere rezar y demostrar su cercanía con toda la población”. Lo dice a AsiaNews, el p. Kaml Corraya, el párroco. De sus palabras se nota la gran emoción por “la alegría de tenerlo allí”. Él advierte también una gran responsabilidad: recibirlo en aquella que es considerada “la iglesia de los primados” de Bangladés, la única donde el Papa se concentrará en la oración. Vendrá aquí el 2 de diciembre. “En 1986-cuenta con emoción el sacerdote- tuvo el honor de lavar las manos de Juan Pablo II. Tendré otra oportunidad, la de tocar al Papa Francisco y recibirlo en mi iglesia”.
La iglesia del Santo Rosario se encuentra en Dacca, en el barrio de Tejgaon y cuenta con una gran presencia católica. En la zona hay varias escuelas dirigidas por congregaciones religiosas, hostales y también una de las casas de Madre Teresa. El p. Kamal explica los motivos del primado. “Es la iglesia más antigua de Bangladés, la más grande parroquia de la capital con más de 25 mil fieles y la que desarrolla el mayor número de servicios de oración: cada domingo celebramos 20 misas, no sólo en nuestra iglesia, sino también en nuestra iglesia, sino también en varias capillas o sub-sedes esparcidos en la ciudad (como Banani o el aeropuerto). Las oraciones son recitadas en bengalí, pero también tenemos ceremonias para extranjeros”.
El sacerdote agrega que la iglesia “posee también un gran valor histórico”. El edificio originario-todavía en pie- es de 1677 y le realizaron varias restauraciones en las partes decorativas. Fue construido por los misioneros portugueses agustinianos, que aquí han construyeron también uno de los dos cementerios católicos de la ciudad. Dentro de la iglesita son todavía visibles las lápidas más antiguas con escritos en armenio, portugués, latín. La nueva construcción fue erigida en los años 40 y se encuentra al lado de la precedente.
La característica que ha llevado al Papa Francisco a elegir este lugar para encontrarse con los religiosos del país, explica el p. Kamal, “es la presencia del cementerio. Este es un monumento histórico. Aquí están enterrados los primeros misioneros, es como si él nos invitase a ser misioneros. Y quiere demostrar que está aquí para todos. Dado que no podrá ir personalmente a todo el territorio, él bendecirá un cementerio donde descansan personas comunes, para bendecir a todos en modo simbólico. Quiere bendecir a los misioneros y estar cerca con la oración, en manera física y espiritual, con los consagrados en Bangladés”.
No solo, también tantos musulmanes no ven la hora para encontrarlo, “comprendidos nuestros colaboradores, cerca del 90% de los dependientes, que están trabajando también durante la noche para que todo esté listo, pintando macetas, limpiando el vial de acceso y preparando las flores para la iglesia”.
Pero qué significa ser sacerdote en un país musulmán. “Vivimos como miembros de una misma familia-responde el p. Kamal- si los musulmanes o los hindúes necesitan algo, nosotros los cristianos somos los primeros en dárselo. Lo mismo vale hacia nosotros”. “El mejor modo para testimoniar el Evangelio es a través del servicio, en los hospitales, con las instituciones y las misiones humanitarias”.
El p. Kaml recuerda que en 1971, durante la guerra de liberación de Pakistán, “tantos musulmanes han encontrado refugio en nuestras iglesias. Esto permitió la creación de relaciones de amistad y afecto. Todavía hoy con aquellos que fueron acogidos en esa época estamos en contacto”. Él no niega la existencia de conflictos y tensiones, “pero es así que sucede también entre cristianos. Hay desacuerdos, pero en línea de máxima vivimos serenamente y estamos contentos de vivir en Bangladés”. Según el párroco, “los cristianos son realmente respetados. El 90% de aquellos que trabajan en nuestros centros de comunicación son musulmanes. Nos apoyan en modo concreto”.
Sobre la vida de su parroquia, él refiere que es “frecuentada por más de 25 mil fieles, en su mayoría provienen de los pueblos rurales que en Dacca buscan nuevas oportunidades de vida. Cada año celebramos unos 100-130 bautismos, que se realizan cada viernes”. El párroco explica que los bautismos no se realizan durante “algunas festividades particulares como Navidad o Pascua. El viernes es el día de fiesta. Por ejemplo la semana pasada hemos acogido en la comunidad a nueve cristianos”.
Hablando del testimonio del Evangelio, afirma: “Estamos presentes entre los no cristianos a través de nuestro servicio. No somos muchos en este país (unos 600 mil, de los cuales 380 mil católicos, o sea el 0,3% de la población compuesta por casi 163 millones de habitantes, Ndr), pero la mayor parte de la gente nos conoce por nuestro servicio. Tienen realmente una buena opinión de nosotros porque ven que estamos aquí para servirlos. Tenemos enfermeros en los hospitales, operadores en varias asociaciones. Y trabajamos bien. Cada vez que alguno hace bien su trabajo, les preguntan. ‘¿eres cristiano?’. Esto significa que en el país es bien conocido que los cristianos hacen todo lo mejor posible”.
El ejemplo de los cristianos, continúa, “ a veces a conversiones, porque la gente quiere ser como nosotros. Están interesados por el hecho que ayudamos a los niños, a los pobres, a los emarginados. A veces también sucede que las conversiones creen molestias en los radicales más extremistas, pero que son pequeños grupitos. Pero, en general, si se vive en manera pacífica, nadie se lamenta”.
A este punto cuenta la historia de un musulmán, “que ha visto en televisión a una muchacha católica que debía ser operada muy delicada al corazón. Ella estaba en un hospital y los periódicos hablaban de ella. El muchacho quedó tan impresionado que decidió ir a visitarla al hospital. Allí encontró que la joven estaba contenida por la comunidad, que le estaba al lado ya sea físicamente como espiritualmente. Y su vida cambió, quiso convertirse. Su familia estaba en contra, no lo deseaba, porque se cree en Bangladés que quien cambia de su propio credo produce desaventuras para todos los parientes. También los amigos lo abandonaron. Pero él no podía volver atrás: había visto el servicio, el amor, la actitud humana en relación con un ser viviente”.
Según el p. Kamal, para una Iglesia pequeña como la bengalí, una de las periferias de las cuales tanto habla Francisco, “el modo para sentirse parte de la Iglesia universal es seguir las indicaciones del Santo Padre. Esto nos hace sentir cercanos, miembros de una misma familia. Y es la misma Iglesia universal que nos hace sentir parte de ella: cuando tenemos cualquier problema, nos llegan ayudas de todo el mundo, como Europa, Canadá, EEUU. La Iglesia no es solamente una entidad espiritual, sino también material. Existe un mudo intercambio: los misioneros extranjeros vienen aquí-los primeros fueron los portugueses en 1677-, pero hoy también los bengalíes van a otros países a allí llevan a Cristo y las tradiciones típicas de nuestra cultura, como los ‘bhojom’, nuestros himnos sagrados. Esta relaciones ayudan y enriquecen a ambos” (ACF)
02/12/2017 14:18