Card Sako: nuevo obispo en Mosul, fuente de esperanza para cristianos y musulmanes
El 18 de enero, el purpurado presidirá la ordenación episcopal del Pbro. Najib Mikhael Moussa, arzobispo de Mosul, y del Pbro. Robert Jarjis, auxiliar en Bagdad. Los musulmanes, felices por el retorno de una “autoridad cristiana”. Reconciliación, confianza y reconstrucción, los desafíos a afrontar. El encuentro con Javad Zarif, ministro de Relaciones Exteriores de Irán, y la preocupación, que ambos comparten, por el embargo.
Bagdad (AsiaNews) – Para la Iglesia iraquí y para todo el país, “es un día de fiesta” y una confirmación del “dinamismo y de la vitalidad” de la comunidad cristiana, que es capaz de “afrontar y superar miles de desafíos que se presentan a diario”. Es lo que subraya, al dialogar con AsiaNews, el patriarca caldeo, el Card. Louis Raphael Sako, quien se refiere al clima que se respira en la vigilia de dos importantes ordenaciones episcopales. En efecto, el 18 de enero el purpurado presidirá la consagración del padre dominico Najib Mikhael Moussa, flamante arzobispo de Mosul, y del padre Robert Jarjis, obispo auxiliar de Bagdad (la Babilonia de los Caldeos).
Para el primado caldeo, el nombramiento de Mosul tiene un significado particular, ya que “es una fuente de esperanza” para toda la comunidad local. “Muchos musulmanes me han llamado por teléfono para manifestar su alegría de tener una autoridad cristiana en la ciudad. El obispo debe aportar felicidad, debe ser una fuente de confianza en el futuro, en una realidad que está saliendo, con mucho esfuerzo, de una devastación inmensa”.
Para el Padre Najib, originario justamente de Mosul, donde nació el 9 de septiembre de 1955, este será “un desafío enorme y una misión muy seria, con una gran responsabilidad”, admite el Card. Sako, quien agrega asimismo que “podrá hacer mucho” por el bien de la ciudad. “Él conoce bien esa realidad –explica- y puede contar con muchas amistades y con una importante red de relaciones personales”, incluso con los musulmanes.
Durante los años de ocupación del Estado islámico (EI, ex ISIS), el padre dominico (ordenado sacerdote el 16 de mayo de 1987) contribuyó a la obra de sostén de los desplazados de Mosul y de la Llanura de Nínive. Gracias a su formación como archivista, él preservó el patrimonio cultural (tanto cristiano como no cristiano) de la metrópolis del norte, para evitar que fuese destruido.
“Los dos factores sobre los cuales tendrá que insistir –subraya el primado caldeo- son la reconciliación y la confianza entre la gente de la ciudad, confianza que se ha perdido ante la violencia perpetrada por el ISIS y por la ideología fundamentalista. Al nuevo obispo competerá la tarea de reavivar el diálogo y alentar a los musulmanes a la reconciliación y a la reconstrucción. Reconciliación y confianza, con la perspectiva de una paz duradera”. Por último, él deberá ayudar a los cristianos a “reparar los hilos de la trama de la historia en Mosul, para hacer que renazcan las iglesias y lugares de culto, entre los cuales se cuentan algunos de los más antiguos e importantes de la Iglesia caldea. Ellos son parte de la vida y de la historia de la ciudad”.
Junto al Padre Najib, también será consagrado el Pbro. Robert Jarjis, un sacerdote de 45 años con estudios de veterinaria a sus espaldas, que durante siete años guió la parroquia de Santa María de la Asunción en el barrio de Mansour, en Bagdad y que de desempeña como párroco de la catedral de San José desde hace algunos meses. “La situación en Irak está mejorando en términos generales” – explica mar Sako- “y este nombramiento es la confirmación de ello”. Sin embargo, persisten los problemas relativos a la economía, la falta de trabajo, pero al mismo tiempo hay “señales positiva, como el retorno de 16.000 familias a Mosul y a la Llanura de Nínive. En el Kurdistán iraquí, en Erbil, Dohuk y Sulaymaniyah, aún permanecen 4.000 núcleos familiares, pero esto es sólo una mínima parte. La vida ha vuelto al lugar”.
Como última señal, el purpurado se refiere al encuentro (en la foto) del 14 de enero pasado con el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, artífice del acuerdo en materia nuclear que fuera desautorizado hace algunos meses por el presidente de los EEUU, Donald Trump, impulsando nuevas sanciones contra Teherán. “Hemos conversado sobre la paz, la convivencia entre todos los elementos que componen el país–subraya el primado caldeo- además de abordar el rol de los cristianos en Irán, que habitaban la tierra de Persia antes de la llegada del islam. Él es un hombre de diálogo, sabe escuchar, y no ocultó la preocupación, que ambos compartimos, sobre el embargo. Como bien sabemos en Irak, [el embargo] golpea sobre todo a la población civil. Temores que también comparten dos obispos iraníes, los de Teherán y Urmia, que han confirmado sus preocupaciones durante los encuentros”.
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