En la sesión conmemorativa del 80 aniversario de las Naciones Unidas, los cinco jefes de Estado destacaron en sus intervenciones que esta región, durante siglos devastada por conflictos fronterizos, se posiciona hoy como una de las más pacíficas del mundo, con una cooperación económica en crecimiento. También hay una posición común sobre Afganistán para poner fin al aislamiento mediante un pragmatismo sin reconocimientos oficiales a los talibanes.
Un niño afgano llegó a Nueva Delhi escondido en el tren de aterrizaje de un vuelo procedente de Kabul. Las autoridades indias lo repatriaron de inmediato. Mientras tanto, Trump quiere que Estados Unidos recupere la base aérea de Bagram, pero los talibanes han respondido con un rotundo rechazo. Mientras tanto, la población sigue haciendo frente a las consecuencias del devastador terremoto de finales de agosto -agravado por los recortes a la ayuda humanitaria- y las nuevas restricciones impuestas por el Emirato islámico.
Las imágenes satelitales sugieren que para finales de año Pakistán podría superar a Afganistán en la producción de esa droga, cuyas ganancias van a parar a manos de los diversos grupos terroristas de la provincia suroccidental. Aquí los cultivos crecen al mismo ritmo que los atentados. A los grupos separatistas y la represión del ejército se han sumado recientemente los ataques del Estado Islámico contra la población local.
El balance oficial del terremoto en las regiones orientales de Afganistán asciende a 800 muertos y más de 2800 heridos, mientras que los equipos de rescate tienen dificultades para llegar a las zonas remotas afectadas. La emergencia se suma a los casi dos millones de refugiados que se han visto obligados a regresar de Pakistán e Irán en los últimos meses. Además de la falta de infraestructuras, la escasez de médicas, consecuencia de las prohibiciones impuestas por los talibanes tras su regreso al poder, está complicando aún más la asistencia.
Islamabad ha reanudado las repatriaciones forzadas, fijando el 1 de septiembre como fecha límite para salir de su territorio a 1,4 millones de afganos. La decisión se tomó a pesar del desastre humanitario en su país de origen, donde, según un reciente informe del Departamento de Estado de EE. UU., los talibanes imponen un “sistema institucionalizado de represión”.
La empresa estatal China Metallurgical Group Corporation ha anunciado el inicio de las obras en la mina de Mes Aynak, uno de los yacimientos de cobre más grandes del mundo. Sin embargo, la zona sigue minada, carece de infraestructuras y los riesgos para la seguridad siguen siendo elevados. El régimen de Kabul busca legitimidad apostando por las inversiones chinas y Pekín sigue adelante, pero con cautela.