Ángelus, el Papa Francisco deseó 'buen viaje' a los jóvenes de Taiwán
Al concluir la oración mariana, el pontífice se dirigió a los grupos de jóvenes que habían participado en la reciente JMJ de Lisboa y se encontraban en la plaza de San Pedro. Condenó la nueva tragedia de migrantes en el mar Mediterráneo y advirtió sobre el peligro que corre la paz en Camerún, como en la “atormentada Ucrania”. La presencia de Jesús que "salva", en el episodio del Evangelio de este domingo.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- "Buen viaje a los jóvenes de Taiwán”, le deseó el Papa Francisco, al terminar el Ángelus, a la delegación de peregrinos de la isla que se encontraba hoy en la Plaza de San Pedro. Al concluir la oración, se refirió a la nueva tragedia de los migrantes en el Mediterráneo y renovó su oración por la "martirizada Ucrania". En los últimos días, recordó el pontífice, se produjo "otro trágico naufragio" en el Mediterráneo y "41 personas perdieron la vida: he rezado por ellas [...] y con dolor y vergüenza debemos decir que desde principios de año ya han muerto en este mar cerca de 2.000 mujeres, hombres y niños” que trataban de de llegar a Europa. Dijo también que era una "herida abierta" en nuestra humanidad, por eso "exhortó" a las fuerzas políticas que tratan de "curarla, a la solidaridad y la fraternidad", y recordó también a los que trabajan "para prevenir los naufragios".
Dirigiéndose a los fieles que estaban en la plaza de San Pedro, saludó con particular afecto a los jóvenes provenientes de El Salvador, México, Argentina e Italia que participaron en la JMJ, y recordó que mañana, víspera de María Santísima, "se realizará en Camerún una peregrinación para pedir la paz". “Unámonos -invitó Francisco- a nuestros hermanos y hermanas de Camerún” en esta “peregrinación por el diálogo” para que se alcance “la concordia y la paz” en el país africano, así como en la “martirizada Ucrania”, que “tanto sufre" por la guerra. Por último, rezó por las víctimas de los recientes incendios en Maui, Hawái.
Antes del Ángelus el Papa comentó el episodio que relata el Evangelio de Mateo, en el que Jesús camina sobre las aguas del lago de Galilea para salir al encuentro de los discípulos que hacen la travesía en barca, y explicó que es un "mensaje que no se capta de manera inmediata". En aquella época creían que en las grandes extensiones de agua habitaban "fuerzas malignas -explicó Francisco- que el hombre no podía controlar". “Sobre todo si estaban agitados por una tempestad -continuó-, los abismos eran símbolo del caos y recordaban la oscuridad de los infiernos”.
Los discípulos, que se encontraban "en medio del lago y en la oscuridad", tenían mucho "miedo de hundirse, de que el mar los tragara". Pero entonces "llega Jesús -siguió diciendo el Papa- y caminando sobre el agua se dirige a ellos diciéndoles "Ánimo, soy yo, no tengan miedo" -la misma frase que repitió Francisco a los jóvenes que participaron en la reciente JMJ de Lisboa-. Este es precisamente el "sentido del signo: "Caminando sobre el agua Él quiere decirnos: 'No tengan miedo, yo pondré bajo sus pies a sus enemigos'... hermoso mensaje' [añadió espontáneamente Francisco]: ¡no las personas!, ellas no son los enemigos, sino la muerte, el pecado, el diablo: a estos enemigos Él los aplasta por nosotros”.
El Papa recordó entonces que, con Cristo, ya no estamos solos "en las aguas turbulentas de la vida". Y cada vez que tienen miedo, los discípulos "invocan y acogen a Jesús", y a través de la oración expresan "la certeza de que el Señor puede salvarnos [...]. Repitamos también nosotros ese pedido, sobre todo en los momentos de "tormenta", exhortó el Papa dirigiéndose a los fieles, y pidió que repitieran todos juntos tres veces: ¡Señor, sálvame!”.
Después los discípulos acogen a Jesús en la barca, que es "la barca de la vida" que a menudo navega en un mar "embravecido". “Él -subrayó Francisco- no nos evita el esfuerzo de navegar. Por el contrario, alienta a sus discípulos a partir. Es decir, nos invita a afrontar las dificultades, para que también ellas se conviertan en lugares de salvación”. “Que María, Madre de Jesús, estrella del mar, nos ayude -concluyó el pontífice- a buscar la luz de Jesús en las travesías oscuras”.
28/08/2016 13:40