ue la familia Ulma nos enseñe a oponer la caridad a la fuerza de las armas
En el Ángelus, Francisco citó el ejemplo del matrimonio polaco asesinado por los nazis en 1944 junto con sus 7 hijos por haber dado refugio a algunos judíos, y que hoy fueron proclamados beatos. Cercanía en la oración al "querido pueblo de Marruecos" que ha sufrido el devastador terremoto. En el comentario del Evangelio de hoy, el camino de la auténtica corrección fraterna, antídoto contra la "plaga de las habladurías".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Siguiendo el ejemplo de la familia Ulma -que en 1944 pagó con su vida la protección que había ofrecido a algunos judíos perseguidos por los nazis- "sintámonos llamados a oponer la caridad a la fuerza de las armas, la tenacidad en la oración a la retórica de la violencia". Hoy en Markowa, Polonia, fueron proclamados beatos Jozef y Viktoria Ulma y sus 7 hijos (uno de los cuales todavía no había nacido), el Papa Francisco nos invita a seguir sus pasos "en el servicio a los necesitados".
Francisco habló hoy a los fieles reunidos en la plaza de San Pedro para rezar el ángelus dominical sobre la familia exterminada por los nazis en Polonia el 24 de marzo de 1944, que hoy fue elevada en Polonia al honor de los altares en una ceremonia presidida por el Card. Marcello Semeraro, prefecto del dicasterio para las Causas de los Santos. El Papa explicó que "opusieron el amor evangélico al odio y la violencia que caracterizaban aquella época". Que este "rayo de luz en la oscuridad de la Segunda Guerra Mundial sea un modelo que todos podamos imitar en el compromiso por el bien y en el servicio a los necesitados. Hagámoslo sobre todo por muchos países que sufren a causa de la guerra: intensifiquemos la oración por la martirizada Ucrania que está sufriendo tanto".
Luego expresó su cercanía "al querido pueblo de Marruecos", golpeado anteanoche por el devastador terremoto. “Rezo por los heridos, por todos los que perdieron la vida y por sus familias – dijo Francisco -. Agradezco a los rescatistas y a los que están trabajando para aliviar el sufrimiento de las personas. Que la ayuda concreta de todos sostenga a la población en este trágico momento".
Antes de la oración mariana hizo una reflexión sobre el pasaje evangélico de la liturgia de hoy (Mt 18,15-20), refiriéndose a la corrección fraterna "que es una de las más altas expresiones del amor, y también una de las más exigentes". El pontífice volvió a oponerla a las habladurías, que "no están bien y no agradan a Dios. No me canso de repetir que los chismes son una plaga para la vida de las personas y de las comunidades, porque traen división, sufrimiento y escándalo, y nunca ayudan a mejorar y crecer."
Frente a un hermano que se equivoca, Jesús invita a hablarle “cara a cara, con lealtad, para ayudarlo a comprender. Háganlo por su bien -invitó Francisco-, superando la vergüenza y encontrando la verdadera valentía, que no es chismorrear, sino decir las cosas cara a cara con mansedumbre y amabilidad".
Y cuando él no entienda - añadió citando el Evangelio - "involucra a la comunidad", pero no "para poner a la persona en la picota, avergonzándola públicamente", sino para "unir las fuerzas de todos para ayudarla a cambiar". Señalar con el dedo no es bueno; es más, a menudo hace que sea más difícil, para el que se ha equivocado, reconocer su error. Más bien la comunidad debe hacerle sentir a él o a ella que, al mismo tiempo que condena el error, está cerca con la oración y el afecto, siempre dispuesta a ofrecer perdón y empezar de nuevo".
Entonces invitó a preguntarse frente al hermano que se equivoca: "¿Rezo por él o ella, pido ayuda para hacer el bien? ¿Y nuestras comunidades cuidan de los que caen, para que puedan levantarse y comenzar una nueva vida? ¿Qué haces tú: señalar con el dedo o abrir los brazos? Que María, que siguió amando a pesar de que vio que la gente condenaba a su Hijo - concluyó - nos ayude a buscar siempre el camino del bien”.
29/08/2020 11:22
28/08/2016 13:40