Yoon reactiva la cooperación económica y militar en Tokio

de Guido Alberto Casanova

Del primer viaje en 12 años de un presidente de Seúl a Japón surgieron acuerdos sobre la exportación de componentes de microchips y la cooperación en materia de inteligencia contra las acciones de Pyongyang. Pero el verdadero obstáculo para llegar a otros acuerdos será superar la histórica desconfianza mutua que aún está arraigada en la opinión pública.

Tokio (AsiaNews) - Después de 12 años de ausencia, por fin un presidente surcoreano ha regresado en visita oficial a Japón. El presidente conservador Yoon Suk-yeol fue recibido ayer en Tokio por el primer ministro japonés, Fumio Kishida, para una visita de dos días en la que se espera que las dos democracias asiáticas intenten recomponer sus vínculos.

A pesar de las muchas similitudes entre ambos países, en los últimos años las relaciones entre Japón y Corea del Sur han alcanzado uno de los puntos más bajos de su historia reciente. El origen del disenso, que comprometió tanto los lazos comerciales como militares, es el controvertido recuerdo de la colonización japonesa de Corea y los numerosos abusos que supuso para la población surcoreana. Actualmente, varias décadas después, Corea sigue reclamando justicia para las víctimas de ese momento.

Un hecho que estropeó notablemente las relaciones entre ambos países fue una sentencia de la Corte Suprema de Seúl en 2018 que ordenaba a dos empresas japonesas indemnizar a algunos ciudadanos surcoreanos por obligarles a realizar trabajos forzados durante el periodo colonial. La visita de Yoon tiene lugar después de que el Gobierno de Corea del Sur propusiera un plan para resolver la disputa judicial la semana pasada.

La reanudación de las negociaciones bilaterales es, sin duda, el primer resultado de la visita. El pasado mes de mayo, en la cumbre de la OTAN que se celebró en Madrid apenas unas semanas después de que Yoon asumiera el cargo, Kishida no había encontrado tiempo para sentarse con el presidente de la otra gran democracia de Asia Oriental aliada de EEUU y su conversación apenas había durado 3-4 minutos. Ahora, sin embargo, según el Asahi Shimbun, Kishida estaría estudiando la posibilidad de visitar Corea del Sur este verano.

Pero la reunión también arrojó resultados concretos. De hecho, el gobierno de Tokio anunció la supresión de las restricciones para exportar a Corea del Sur tres componentes necesarios para la fabricación de microchips (cuya producción es una de las puntas de lanza de la economía surcoreana) y de los que el país posee casi el monopolio. Por su parte, Seúl decidió retirar la demanda que había iniciado contra Japón en la Organización Mundial del Comercio en 2019.

Ambos países también están intentando un acercamiento en el ámbito militar. Probablemente, la cooperación en el ámbito de la defensa sea incluso más importante que la cooperación económica, teniendo en cuenta que Corea del Norte ha intensificado sus provocaciones con misiles en los últimos años. De hecho, el acuerdo de 2016 sobre cooperación en materia de inteligencia, conocido como GSOMIA, había entrado en crisis en los últimos años y se cree que el intercambio de información fue muy limitado debido a la desconfianza política entre Japón y Corea del Sur. Ayer, sin embargo, Yoon declaró la completa normalización de GSOMIA, afirmando que "los dos países deberían poder compartir información sobre los lanzamientos y las trayectorias de los misiles norcoreanos".

Sin embargo, el verdadero obstáculo para retomar los vínculos será, sin duda, la opinión pública. Mientras que la mayoría de los japoneses parece apoyar la propuesta de resolución de la disputa histórica que subyace al mal estado actual de las relaciones, las encuestas en Corea del Sur muestran que la mayoría de la población sigue desconfiando de Tokio.