Yakarta, garrafas de GLP imposibles de encontrar, familias y pequeños comerciantes en caos

de Mathias Hariyadi

Se introdujeron en 2007 cuando eliminaron el queroseno, y desde 2019 las utiliza la población de bajos recursos. El gobierno de Prabowo apunta contra los revendedores, obligándolos a convertirse en agentes estatales de la empresa de distribución para impedir el aumento de los precios y evitar abusos. Pero muchos han cesado su actividad, lo que termina perjudicando a los más débiles.

Yakarta (AsiaNews) – Se han vuelto imposibles de encontrar en Indonesia las garrafas de gas GLP de tres kilos, un recurso fundamental para las familias y los pequeños vendedores ambulantes de alimentos. Esta crisis, que afecta a los sectores más débiles de la población, provoca largas colas ante los comercios revendedores; en la provincia de Tangerang del Sur, una anciana murió debido a la fatiga causada por la larga espera y la imposibilidad de encontrar lo que buscaba. Y se han registrado una serie de protestas contra la administración indonesia encabezadas desde octubre pasado por el presidente Prabowo Subianto.

Esta crisis del gas, en efecto, ha sido provocada por una directiva del ministro de Energía y Recursos Minerales (ESDM), Bahlil Lahadalia, quien ha puesto en marcha una nueva política según la cual los distribuidores locales ya no pueden vender garrafas de GLP, y reserva este comercio a la agencia del gobierno. Sólo en el área metropolitana de Yakarta hay cerca de 375 puntos de reventa afectados por esta medida. Y los propios minoristas se han convertido en el blanco de la ira del público porque han cerrado repentinamente sus negocios. Ante el caos, el presidente Prabowo Subianto anuló la impopular directiva y ordenó que se permitiera a los revendedores reabrir sus tiendas para satisfacer toda la demanda. Pero, como afirma el ministro Lahadalia en una nota oficial, estos revendedores tendrán que convertirse en agentes únicos incorporados en la cadena de distribución de gas del gobierno.

El ministro acusa a los minoristas de cobrar precios más altos y vender GLP subsidiado a quienes realmente no lo necesitan. La garrafa de GLP de 3 kg se introdujo en 2007, cuando la administración indonesia decidió reestructurar el sistema nacional de distribución de energía cambiando, entre otras cosas, el uso de queroseno para cocinar por GLP. En 2007 incluso se distribuyó gratuitamente una garrafa de GLP de 3 kg a personas necesitadas: los destinatarios eran familias de bajos recursos. Pero en este momento las familias adineradas también pueden disfrutar de las ventajas de este programa y no tienen necesidad de comprar los cilindros normales de 12 kg.

Después de mucho tiempo de distribución sin condiciones, en 2019 se reguló explícitamente que solo las personas pobres tienen derecho a comprar y utilizar garrafas de GLP de 3 kg. Sin embargo, no hubo un control real sobre el terreno de la distribución, que supuestamente iba a estar dirigida a familias y microempresas con gastos domésticos que no superaran los 1,5 millones de rupias.

Actualmente Pertamina es la única empresa autorizada en Indonesia a administrar gas y petróleo y venderlos a través de sus agentes exclusivos. El ministro Lahadalia se disculpó públicamente por hacer sufrir a muchas personas con largas colas, pero confirmó la lucha contra los abusos. “Hoy, el presidente Prabowo Subianto me ordenó reabrir la posibilidad de que los comerciantes vuelvan a vender GLP”, dijo, pero agregó que la distribución debe llegar a la población y el precio debe seguir siendo asequible. El Ministro sostuvo además que, al convertirse el distribuidor en un agente del gobierno, el GLP subsidiado estará mejor orientado y no habrá más especulación con los precios por parte de revendedores “inmorales”.