Violencia sexual e intentos de suicidio: el infierno que se vive en el centro de inmigrantes de Nauru
Los blancos predilectos son las mujeres y los niños que huyen de los países asiáticos. El centro gestionado por el gobierno australiano es criticado por la falta de transparencia y por carecer de observadores independientes que supervisen su funcionamiento. Según Canberra, las acusaciones “no han sido confirmadas”.
Nauru (AsiaNews) – Incidentes, episodios de violencia sexual, intentos de suicidio y golpizas. Son de este tenor los casi 2.000 casos denunciados en los ejemplares publicados por The Guardian que se refieren a las condiciones de vida de los migrantes detenidos en el centro de Nauru, Estado de Micronesia. Allí se encuentran demoradas unas 500 personas provenientes de todas partes de Asia que han sido arrestadas por el gobierno australiano por su condición de inmigrantes ilegales.
Según las revelaciones, en la isla, los migrantes serían tratados sin dignidad y con un total desprecio por sus derechos. Las compañías australianas que gestionan el centro con obligadas, por contrato, a informar sobre cualquier incidente que se verifique en la isla. Los casos publicados –que se refieren al período que va de mayo de 2013 a octubre de 2015- fueron compilados por guardias, asistentes sociales y docentes.
Muchos de los incidentes están vinculados con niños, con traumas causados por los abusos y la violencia sufridos. Muchos de los muchachitos sufren de problemas psicológicos, pesadillas e intentan suicidarse en reiteradas oportunidades. Los casos de violencia sexual perpetrada por el personal de la isla se cuentan por decenas, sobre todo en relación a las mujeres jóvenes. Los episodios de violencia verbal y las amenazas son innumerables.
El gobierno australiano respondió diciendo que todos estos casos son “acusaciones sin confirmar”. Un vocero de Canberra afirmó que “el gobierno australiano continúa apoyando al gobierno de Nauru en su tarea de asistencia de salud, seguridad y bienestar a todos los refugiados transferidos”.
Richard Marles, ministro de Defensa, criticó al gobierno por la falta de transparencia y por el hecho de que el centro de detención carece de observadores independientes.
La porción de océano entre Papúa Nueva Guinea y Australia hace años que conforma una ruta privilegiada para quien huye: los migrantes provienen en su mayor parte de Asia sudoriental, pero no faltan los que escapan de Oriente Medio. La enorme mayoría de los migrantes que tratan de llegar a Australia a través del mar es arrestada y llevada a los centro de detención de Nauru o Manus (Papúa Nueva Guinea). De acuerdo a la ley, ellos no pueden ser recibidos en Australia, ni siquiera aunque se los considere refugiados políticos o civiles.
Ambos centros de detención están bajo el foco de la atención de activistas y abogados defensores de los derechos humanos, que denuncian los abusos y la inercia de la política en relación a la inmigración australiana.
29/04/2016 14:17
03/04/2014