Vietnam recuerda al padre Malo, un misionero que sintió un gran amor por Asia
Fue celebrada una misa en Vinh. A Mons. Girelli le fue prohibido celebrar el rito. Pero, “después de todo, el amor siempre nos conduce a la victoria”, pues “es la realidad necesaria para construir nuestro futuro en un clima de paz”.
Hanói (AsiaNews) – “El amor jamás será derrotado” y “siempre nos conduce a la victoria: ama a Dios, ama a Asia, ama a tu país”. Es la realidad tal como fue vivida por el padre Jean Baptiste Malo, el misionero que fue víctima de un “incruento martirio”, cuya fiesta fue celebrada el 16 de febrero en Vĩnh Hội, parroquia del barrio de Ngan Sau, en la diócesis de Vinh.
En la celebración también estuvo presente Mons. Leopoldo Girelli, nuncio no residente, que, sin embargo, no pudo celebrar la misa, puesto que le fue prohibido por las “autoridades”. El rito, por ende, fue celebrado por los obispos Paul Nguyễn Thái hop y Peter Nguyen Van Viên (ambos de la diócesis de Vinh) y por el obispo emérito Michael Hoàng Đức Oanh, con la participación de casi 100 sacerdotes y miles de laicos. También estuvieron presentes personas en representación de la Embajada de Francia y de la causa de postulación para la beatificación del padre Jean Baptiste Malo.
Mons. Nguyen Van Vien, obispo auxiliar de Vinh, destacó todo aquello que Mons. Girelli ha hecho por la comunidad eclesial de la diócesis de Vinh. En una carta dirigida al pueblo de Dios, dijo: “hoy es una ocasión verdaderamente especial, muy importante. Y he deseado mucho estar aquí para rezar con ustedes, Lamentablemente, me lo han prohibido las ‘autoridades’, a pesar de que, de momento, estoy en la diócesis de Vinh”.
“El padre Malo era de las Misiones Extranjeras de París, un ciudadano de la noble Francia y un hijo amado de la Iglesia católica francesa”. “Él amaba mucho a Asia. Dejó su país para dirigirse a China, y estuvo allí durante 18 años, durante los cuales anunció el Evangelio de Jesucristo y ayudó a los pobres”. “Cuando fue expulsado de China no dejó el continente asiático, sino que fue a Laos, donde vivió durante 16 meses, en circunstancias extremadamente difíciles. Pero el padre Malo siempre sintió amor por Asia y por las tierras de Indonesia”.
El padre Malo era un misionero, un mensajero de Jesucristo. Como todos los mensajeros, siempre tuvo una vida nómade, por la evangelización. Es significativo el hecho de que el padre Malo muriera mientras estaba en camino, a causa del agotamiento por el largo y trágico viaje rumbo a la diócesis de Vinh”. "Murió de agotamiento. Su muerte no fue causada por ningún hecho de violencia. No derramó su sangre como otros mártires, puesto que ya no había más sangre en sus sistema circulatorio: podemos decir que el suyo es un ‘martirio incruento’".
El padre Malo fue sepultado a la orilla del río Ngàn Sâu y "desde la orilla del río, la muerte del padre Malo se convirtió en una fuente abundante y floreciente de muchos cristianos, como el río, que riega las tierras fértiles de la provincia de Ha Tinh".
"Su amor por Asia, los viajes misioneros y el martirio del padre Malo nos han dejado un ejemplo de obediencia a la voluntad de Dios y de fuerza de la fe, para dar testimonio de Jesucristo y de los valores cristianos en la difícil situación de la sociedad de hoy”.
"Dios tiene su plan para la Iglesia de Vietnam, pero necesita de colaboración. El futuro de la Iglesia en Vietnam depende de ustedes y de su fe. Me he dado cuenta de que se encuentran teniendo que afrontar muchos desafíos. La fidelidad de ustedes a los principios cristianos es desafiada de muchas maneras, incluyendo los procesos de secularización y los límites a la libertad religiosa”. Pero, “después de todo, el amor siempre nos conduce a la victoria”, puesto que “es la realidad necesaria para construir nuestro futuro en un clima de paz”.
14/10/2017 12:51
10/10/2016 13:56