Vicario de Arabia: unidos al Papa Francisco, en una jornada de oración por la paz en Yemen

Prosigue la ofensiva de la coalición saudita para la conquista del puerto de Hudaydah. Hay decenas de víctimas, y está en riesgo el ingreso de ayuda humanitaria. Mons. Hinder: la voz del pontífice es un importante reclamo al diálogo. Pesimismo en el frente de batalla en lo que respecta al diálogo. El peligro de una “catástrofe todavía mayor”.

Saná (AsiaNews) – La voz del Papa Francisco “es la única que aún pueda tener cierta influencia”, es por eso que su reclamo al diálogo y a la reconciliación “siempre es importante”. La esperanza es que haya un seguimiento de sus palabras por parte de “quienes son responsables de la toma de decisiones”. Es lo que subraya, en diálogo con AsiaNews, Mons. Paul Hinder, vicario apostólico de Arabia meridional (Emiratos Árabes Unidos, Omán y Yemen) luego de que en el Ángelus de ayer, el pontífice lanzara un nuevo llamamiento por la paz en Yemen, donde se aproxima una “catástrofe humanitaria”. El Papa ha renovado la invitación a la comunidad internacional, pidiendo que se “hagan todos los esfuerzos que estén al alcance para llevar con urgencia a una mesa de negociaciones a las partes en la causa, y evitar un agravamiento” de la situación.

Mons. Hinder sigue con atención la escalada de violencia que atraviesa el país árabe. “Para el sábado 23 de junio –agrega el prelado- he convocado a una jornada de oración en el Vicariato, por la paz en Yemen. Para no olvidar a las víctimas de este conflicto y a los mártires, que también los hay dentro de la comunidad cristiana, como las cuatro hermanas de la Madre Teresa”, asesinadas en marzo de 2016, en Adén.

Desde hace días, en el país árabe está en curso una ofensiva de las fuerzas sauditas, para la conquista del puerto de Hudaydah, el cual buscan sustraer a las milicias hutíes, que cuentan con el apoyo de Irán. El área reviste una gran importancia estratégica, por ser el único punto donde pueden atracar las naves que llevan ayuda humanitaria, destinada a una población postrada por más de tres años de guerra.

Está en riesgo la vida de cuando menos 250.000 personas, que se suman a las 10.000 víctimas provocadas hasta ahora, que incluyen niños. En este contexto de guerra y división, a las 10.000 personas perecidas se suma el bloqueo que Riad está imponiendo desde noviembre pasado. Hay casi siete millones de personas que necesitan contar con las ayudas y asistencia humanitaria para poder sobrevivir.

Ayer, por quinto día consecutivo, se registraron tremendos enfrentamientos. Las fuerzas fieles al gobierno, sostenidas por los sauditas, intercambiaron disparos de mortero con los hutíes en las inmediaciones del aeropuerto. Los militares prosiguen avanzando desde el sur y desde el oeste, conquistando porciones de territorio cada vez mayores.

Fuentes médicas y militares han informado cuando menos 139 combatientes muertos. Sin embargo, las milicias hutíes niegan las versiones oficiales y afirman que la resistencia continúa. En caso de obtener la conquista del puerto de Hudaydah, la misma representaría la victoria más importante de la coalición saudita en esta guerra.

Al comentar los hechos de violencia y las tensiones que rigen en el país, Mons, Hinder subraya que “el asalto de estos días en Hudaydah nos afecta, por ser “un área estratégica y vital para el país”. Es la zona por donde ingresan ayudas y artículos de primera necesidad, que son “fundamentales para la supervivencia de una parte de la población, en particular para quienes viven en los altiplanos y en las zonas montañosas. Si se frenan las ayudas, será un catástrofe todavía mayor”.

En lo que respecta al futuro próximo y a cómo habrá de evolucionar la situación, el vicario de Arabia no oculta “cierto pesimismo: todo depende de cómo vayan a actuar los vencedores de la ofensiva. Lo cierto es que las tensiones terminarán recayendo sobre el pueblo. El camino –concluye- sería el diálogo y la reconciliación, pero, al día de hoy, nadie tiene intenciones de seguir por esa vía. Prevalece la lógica del choque frontal, del todo-o-nada, que no favorece en absoluto la confrontación”.