Vicario de Arabia: la crisis entre Riad y Doha hace que los católicos huyan de Qatar
Mons. Camillo Ballin comenta que numerosas familias católicas han abandonado el emirato en las últimas semanas. Una “crisis social” en acto, que ha llevado a muchas personas (incluso cristianas) “a perder el trabajo”. Lo temores e incertidumbres con respecto al futuro de un “país bloqueado”. Los sauditas extienden por 48 horas el ultimátum para aceptar la lista de requerimientos planteados.
Doha (AsiaNews) – Muchas familias católicas “han dejado el Qatar” en estas últimas semanas, a causa del enfrentamiento entre Doha y el bloque de los países de la región del Golfo liderados por Arabia Saudita. Ya puede hablarse de una “crisis desde el punto de vista social”, que ha llevado a “muchas personas a perder el trabajo” y a “generar una situación de incertidumbre con respecto al porvenir”. Es lo que afirma a AsiaNews Mons. Camillo Ballin, vicario apostólico de Arabia Septentrional (Kuwait, Arabia Saudita, Qatar y Bahréin), al describir la situación de los católicos en Qatar, que son en su mayor parte inmigrantes que han sido golpeados por la feroz controversia estallada entre Riad y Doha en el mes de junio. “Esta situación –prosigue el prelado- termina involucrando a los cristianos que no tienen intereses personales en las cuestiones de política local”. La incertidumbre, agrega, “es algo que no alienta a las inversiones, y el resultado es un país bloqueado”.
Lo que motiva el enfrentamiento es la acusación, dirigida a Qatar, de sostener movimientos terroristas islámicos y, sobre todo, de mantener vínculos diplomáticos y comerciales con Irán, el enemigo número uno de los sauditas en el Oriente Medio. En realidad, según algunos, se estaría consumando una batalla final por el dominio en Oriente Medio, entre wahabitas y Hermanos musulmanes, con tremendas repercusiones en sector del turismo y del trabajo. En las últimas horas, Arabia Saudita y otras tres naciones del mundo árabe han extendido por 48 horas el plazo dado a Qatar para que éste acepte la lista de requerimientos para salir de la crisis; en caso de negarse a lo que se demanda, éstos están dispuestos a aplicar sanciones. El plazo establecido inicialmente venció ayer; según algunas fuentes, la dirigencia de Doha –que ha definido la lista como “una afrenta al derecho internacional” – debiera responder por escrito. La misiva, que fue entregada ayer a Kuwait (que cumple el papel de mediador en la crisis) por el Ministro de Relaciones Exteriores Mohammed bin Abdul Rahman Al Thani, lleva la firma del emir del Qatar.
Por el momento, subraya Mons. Ballin, “no se tiene cifras precisas” sobre el número de cristianos que han dejado el país. Sin embargo, es cierto que “ya han partido varias familias” y en comparación a los más de 300.000 fieles presentes en el período previo a la crisis, “el número podría disminuir rápidamente”. La comunidad católica local, prosigue el prelado, está compuesta por “emigrantes económicos y trabajadores, en su mayor parte provenientes de países de Asia: sobre todo de la India y de Filipinas, y luego de Bangladesh y de Pakistán”.
Los cristianos se desempeñan en diversos sectores, algunos de ellos “especializados”, como es el caso de “enfermeros, farmacéuticos, médicos, docentes”; otros trabajan como “obreros no calificados” que se adaptan a las más variadas profesiones “a fin de mantener a sus familias de origen”. “En la vida cotidiana, todavía los efectos de la crisis no son visibles –prosigue Mons. Ballin- porque Irán y Turquía proveen al país de todas las necesidades básicas. Estas importaciones, sin embargo, son más caras y terminan afectando la vida del sector más pobre de la población”.
Lo que se teme, explica el prelado, es que “haya más sanciones, o que los países que han congelado las cuentas bancarias decidan retirar el dinero de los depósitos bancarios, lo cual sería una tragedia para Qatar. Y en este caso, los primeros en acusar el golpe también serán los más pobres”. Lo efectos, agrega “pueden verse en el mercado laboral y en el hecho de que los grandes inversionistas no quieran emprender nuevos proyectos. La inestabilidad es un peligro evidente, y es un fenómeno que se viene desarrollando hace tiempo a nivel regional, como consecuencia de la caída en los precios del petróleo. Como es obvio, no deja de temerse que haya un nuevo conflicto en la región, con las consecuentes repercusiones que esto tendría en términos de trabajo y de vidas humanas”.
El prelado, de origen italiano –nació el 24 de junio de 1944 en Fontaniva, en la provincia de Padua- se desempeña como vicario apostólico de Arabia septentrional desde el 31 de mayo de 2011. “Los que parten –cuenta- ciertamente no lo hacen con la intención de regresar en un futuro, o al menos no en un futuro inmediato. Nosotros procuramos ayudar a quien se queda, lo cual sin embargo no es fácil, porque las necesidades son grandes y el clima de incertidumbre no colabora. Por otro lado, la Iglesia no puede atarse a sostener a miles de familias, y si no hay trabajo, la única alternativa que queda es partir”. Esto conduce a un “empobrecimiento” de la comunidad cristiana local, advierte Mons. Ballin, y es motivo de “gran preocupación. Por eso les pido rezar por nosotros –concluye el prelado- y por la decena de sacerdotes que cada día trabaja en contacto con la comunidad”.
En Qatar, los católicos son más de 300.000 (subdivididos en cuatro ritos: latino, maronita, siro-malabar, siro-malankar) sobre una población total de cerca de 2,6 millones de habitantes (datos correspondientes a principios de 2017), aunque el número varía según la estación de que se trate y según la oferta del mercado laboral disponible. Sólo 313.000 son ciudadanos de Qatar, y el resto de la población está constituida por trabajadores migrantes (casi 2,3 millones). La población que no es árabe constituye una mayoría, siendo la comunidad más importante aquella proveniente de la India (650.000 personas). Le sigue la comunidad nepalesa (350.000), los bangladesíes (280.000), los filipinos (200.000), los egipcios (145.000), los inmigrantes de Sri Lanka (145.000) y los pakistaníes (125.000). (DS)
17/12/2016 13:14