Vicario de Arabia: el documento sobre la Fraternidad inauguró nuevos territorios de encuentro
El texto firmado por el Papa y el imán de al-Azhar ha propiciado "un clima más sereno". Y dio lugar a intercambios "no sólo entre religiones, sino entre diferentes sectores de la sociedad". Los católicos "firmes en la fe" no deben temer la confrontación con los musulmanes. En medio de la pandemia del nuevo coronavirus, se constatan gestos de "una solidaridad renovada".
Abu Dabi (AsiaNews) - A dos años de la firma del "profético" documento" sobre la Fraternidad Humana por parte del Papa y del imán de Al-Azhar, se ha propiciado "un clima más sereno", y se ha avanzado "en distintos campos", aunque "todavía es difícil evaluar el efecto en la vida real de las personas". En diálogo con AsiaNews, es lo que subraya mons. Paul Hinder, vicario apostólico de Arabia Meridional (Emiratos Árabes Unidos, Omán y Yemen) y administrador apostólico de la sede vacante de Arabia Septentrional (Kuwait, Arabia Saudita, Qatar y Bahréin). “Hoy, este texto", prosigue el prelado, "se enseña en las escuelas católicas" y ha "inaugurado nuevos espacios de encuentro e intercambio, no sólo entre religiones, sino también entre los diferentes grupos de una sociedad que en un 80% está formada por inmigrantes".
Mañana se cumplen dos años de la firma del histórico documento que abrió nuevos canales de diálogo y confrontación con el mundo musulmán, especialmente con el suní. Un acontecimiento que se celebrará junto con el Día Internacional de la Fraternidad Humana, un evento virtual promovido por el jeque Mohammed Bin Zayed en Abu Dabi con la participación del pontífice, Ahmad Al-Tayyeb y el secretario general de la ONU, António Guterres. La expectativa de muchos es que el próximo viaje de Francisco a Irak y los rumores de un encuentro cara a cara con el gran ayatolá Ali al-Sistani también sirvan para reforzar el diálogo con el mundo chií.
Uno de los frutos de la visita del papa en febrero de 2019 es la decisión de las autoridades emiratíes de construir la Casa de la Familia Abrahámica, un lugar de formación, diálogo y culto para los fieles de diferentes religiones. "La construcción ya ha comenzado", confirma monseñor Hinder, quien visitará el avance de las obras lo antes posible. "Hoy, las relaciones con el gobierno y los ministros encargados de nuestros asuntos son muy buenas”, dice. “Desde la visita del Papa, se han mostrado atentos y abiertos" a las necesidades de los cristianos, y han estado "sumamente atentos al tema de la seguridad", aunque ello haya supuesto -como es inevitable- un mayor control sobre las actividades”, comenta.
"El sentido común marca la importancia de prestar atención no sólo a los problemas locales y regionales” -subraya el Vicario de Arabia- “con la conciencia de que todos estamos en el mismo barco, como dice el Papa. No se trata de problemas que atañen sólo a cristianos, musulmanes, budistas o ateos; son cuestiones básicas para todos. Esto debería ayudarnos a abrirnos a los demás, sin perder nuestra identidad. De vez en cuando veo esta preocupación en los católicos, pero si estamos convencidos y firmes en nuestra fe, no debemos tener miedo de salir al encuentro de los musulmanes", prosigue.
A dos años de la firma "aún es pronto para comprender el impacto en la vida de los cristianos, cuya gran mayoría está conformada por emigrantes" de otras naciones asiáticas. Como es natural, el viaje apostólico y el documento "han contribuido a garantizar mayores derechos, al menos a nivel legal, porque en la práctica no siempre es fácil verificar la aplicación", aclara el prelado. “Sin embargo, hay que destacar los considerables esfuerzos realizados en este sentido", añade, "como la reciente decisión de ampliar la ciudadanía. También en este caso hay que saber cuántos se beneficiarán y a qué sector social pertenecen, como ya ocurrió en el pasado en Bahréin y Qatar”.
"En estos últimos 12 meses, marcados por la pandemia mundial del nuevo coronavirus” dice Mons. Hinder, “la vida pública de los cristianos ha estado en suspenso, especialmente por el cierre de las iglesias. Desde hace algún tiempo, al menos en Abu Dabi, hemos vuelto a abrir, aunque con límites y restricciones. El pueblo ha sufrido mucho con estos cierres y el distanciamiento, aunque hemos tratado de hacer todo lo posible para mantener vivo el vínculo y las relaciones con los fieles. Lo que más se ha extrañado: los sacramentos, la eucaristía, las confesiones e incluso las visitas a domicilio, que eran difíciles de hacer".
Sin embargo, en el contexto crítico del Covid-19, "surgen gestos importantes que confirman una solidaridad renovada, con ayudas para los que realmente han pasado hambre. Muchos trabajadores, a causa de la interrupción de los contratos y de los salarios, no pudieron conseguir alimentos suficientes para sobrevivir y de ahí el renovado impulso de solidaridad", que abarcaba "no sólo a los cristianos". ¿Y para el futuro? "En términos de números", concluye el vicario árabe, "la comunidad será menos numerosa porque muchos han regresado a sus países de origen tras perder sus empleos. Sin embargo, el desafío a nivel espiritual sigue vigente, y también el reto de proporcionar un sostén material y psicológico. La nuestra era una Iglesia sacramental, que sin embargo debió ser capaz de satisfacer las necesidades espirituales, sociales y humanas de un pueblo azotado por las dificultades”, concluye.
17/12/2016 13:14
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