Vaticano: ecología integral, para proteger el futuro del hombre unido a la naturaleza

Se publicó el documento “En camino hacia el cuidado de la casa común - Cinco años después de la Laudato si'”, elaborado por la Mesa Inter-dicasterial de la Santa Sede. En él se destaca la afirmación central de la Encíclica: todo está conectado, no hay crisis que estén separadas, sino que más bien se trata de una sola y compleja crisis socio-ambiental, que requiere de una verdadera conversión ecológica.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – La promoción, incluso desde el punto de vista operativo, de la “ecología integral”, a cinco años de la publicación de la Laudato Si’. Es la finalidad del documento “En camino hacia el cuidado de la casa común - Cinco años después de la Laudato si'”, elaborado por la Mesa Inter-dicasterial de la Santa Sede, que fue presentado hoy en el Vaticano.

Es un volumen de 227 páginas, fruto de la colaboración entre los dicasterios vaticanos competentes en el tema, como conferencias episcopales y organizaciones católicas y Caritas, que pone de relieve la afirmación central de la Encíclica; todo está conectado, no hay crisis separadas, si no que más bien se trata de una sola y compleja crisis socio-ambiental, que requiere de una verdadera conversión ecológica.

Se parte de la afirmación de la necesidad de una conversión ideológica que afirme la centralidad de la vida y de la persona y también de lo creado, contra la “cultura del descarte”. Desde tal perspectiva, la familia es “sujeto protagonista de la ecología integral” que puede devenir un “lugar educativo privilegiado”.

Formación que tiene que ver naturalmente con la escuela, que debe adquirir “una nueva centralidad”, apuntando a desarrollar la capacidad de discernimiento, el pensamiento crítico y el accionar responsable.

También es parte de la formación de la persona la necesidad de que la catequesis se detenga en la cuestión ambiental convirtiéndose así en una “ocasión del primer anuncio de la fe cristiana para quien no cree”. A tal propósito, hoy, en la presentación del documento, Mons. Angelo Vincenzo Zani, secretario de la Congregación para la Educación Católica, recordó tres ejemplos a nivel universitario: a) La Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá ha creado un Instituto de Estudios Superiores para promover la “Casa Común” implementando y coordinando numerosas iniciativas en muchas otras universidades de América Latina. b) una red de universidades católicas está promoviendo proyectos de investigación en varios continentes a través de las Facultades de Agronomía, involucrando a las instituciones públicas locales; c) los ateneos pontificios romanos han creado, desde hace ya dos años, un Joint Diploma en Ecología Integral, una valiosa iniciativa que está cosechando éxito”.

El tema de la alimentación abre la segunda parte del documento. El derroche de comida es definido como un acto de injusticia, y se invita a promover una agricultura”diversificada y sostenible”, en defensa de los pequeños productores, de los recursos naturales y de una sana educación alimentaria, A tal fin, hoy, Aloysius John, el secretario general de Caritas Internationalis, brindó el ejemplo de Caritas India y Caritas Asia, que apuestan a difundir nuevos conocimientos y competencias entre los pequeños agricultores, para evitar un uso excesivo de fertilizantes.

En ese marco, se hace la afirmación de que el acceso al agua es “un derecho humano esencial” que debe ser protegido con la reducción del uso de plásticos descartables, combatiendo la contaminación de las napas acuíferas y con la actuación de las Convenciones Internacionales y nacionales que tutelan el acceso a los recursos hídricos.

En la misma línea se ubica la necesidad de reducir la contaminación e invertir en energía “limpia y renovable”, accesible a todos, de modo de responder “a las necesidades de las poblaciones más pobres y limitar el calentamiento global”. A tal fin, resulta ejemplar la diócesis de Maasin, en las Filipinas, la primera del mundo en dotar a todas las parroquias de paneles solares. Refiriéndose a ello, hoy, Mons. Fernando Vérgez Alzaga, L.C., secretario general de la provincia, recordó la instalación de paneles fotovoltaicos sobre el cerramiento del Aula Pablo VI, que “son capaces de producir energía eléctrica sin emisión de sustancias contaminantes”.

El documento exhorta, por tanto, a promover estilos de de vida y modelos de consumo sostenibles, que “respeten los ecosistemas y el carácter limitado de los recursos naturales”, tutelando al mismo tiempo las comunidades tradicionales y los pueblos indígenas.

Una vez más, debe promoverse una “economía circular” que no apunta a la explotación excesiva de los recursos productivos, sino más bien a un mantenimiento a largo plazo, de modo que sean reutilizables. El mundo de las finanzas también debe orientarse al “primado del bien común”, procurando poner fin a la pobreza. “La misma pandemia de Covid-19 demuestra cuán cuestionable es un sistema que reduce el bienestar o que permite grandes especulaciones incluso en las catástrofes, descargándose sobre los más pobres”.

Lo mismo vale para la cuestión climática, que tiene una “profunda relevancia” ambiental, ética, económica, política y social, que incide sobre todo en los más pobres, que son “los menos responsables del calentamiento global”, pero que padecen mayormente las consecuencias de ello, porque no tienen la posibilidad de resguardarse. Por tanto, ante todo urge “un nuevo modelo de desarrollo” que una sinérgicamente la lucha contra los cambios climáticos y la lucha contra la pobreza, “en sintonía con la Doctrina Social de la Iglesia”. (FP)