Un niño iraní de 11 años se suicida porque no tiene un smartphone para seguir las clases online
Mohammad Mousavizadeh se ahorcó en la cocina de su casa. El director de la escuela afirma que le había proporcionado un dispositivo. La madre dice que son mentiras, porque está roto y no tiene conexión a internet. Versión que también confirma la maestra del niño.
Teherán (AsiaNews) - "Insistió en dormir en mis brazos la noche anterior", contó su madre a la agencia de noticias Rokna, que se ocupa de monitorear los problemas sociales y de salud de la población iraní. “No tenía ni la más mínima idea de que, al día siguiente, lo encontraría tirado en el piso de la cocina, con el rostro entre negro y azulado” porque se había ahorcado. Están llenas de dolor las palabras de la madre de Mohammad Mousavizadeh, un niño de tan solo 11 años que se suicidó en la cocina de su casa, alquilada por padres que viven en condiciones de extrema pobreza. Detrás del gesto trágico, la imposibilidad de seguir las clases a distancia que dicta su escuela porque no tenía un teléfono inteligente o una tableta.
Los hechos ocurrieron el 11 de octubre en la localidad sureña de Dayyer, provincia de Bushehr, y provocaron una ola de indignación, desesperación e incredulidad en toda la sociedad, profundamente afectada por esta muerte. Una historia que alimenta el tema de la pobreza en la República Islámica, golpeada por las sanciones de Estados Unidos que han socavado profundamente su economía, y se suma a la emergencia del coronavirus con una nueva y dramática escalada.
Fatemeh, la madre, relató los pormenores de la muerte de su hijo. Ella trata de ganarse diariamente la vida para mantener a otros tres hijos, uno de los cuales es discapacitado, y a su esposo enfermo, limpiando casas particulares o con pequeñas donaciones de familiares y amigos. "El director de la escuela - cuenta - había prometido varias veces proporcionarles un smartphone a él y a otros dos niños, pero nunca lo hizo".
Envueltos en el escándalo, los responsables del instituto niegan cualquier cargo y afirman haberle entregado un dispositivo gratuito para seguir las lecciones, citando la inscripción en algunos cursos online como confirmación de sus palabras. La madre descalifica esta versión acusando de mentir al director y a los responsables. El medio proporcionado habría sido un modelo viejo, roto y que ni siquiera podía conectarse a Internet.
La maestra de Mohammad también apoya la versión de los padres: en la nota de condolencia la maestra dijo que el niño se había puesto en contacto con ella varias veces con mensajes en los que afirmaba que “el teléfono está roto” y “no puede recibir las imágenes”, lo que era fundamental para hacer las tareas en casa.
La historia ha afectado a todos los sectores de la sociedad iraní, desde los círculos conservadores hasta los sectores reformistas. El diario reformista Aftab-e-Yazd afirma que "la negativa del director no cambia nada, porque hay muchas familias que no pueden permitirse comprar una tableta o un teléfono inteligente para sus hijos". El caso también constituye un golpe para los proyectos de educación a distancia del gobierno en tiempos de la nueva pandemia de coronavirus. El portavoz de la Comisión Parlamentaria de Educación confirma que las clases siguen siendo un tabú para tres de los 14 millones de estudiantes de las clases bajas de Irán. El diario ultraconservador Javan define al pequeño Mohammad Mousavizadeh como "una víctima de la discriminación en la educación" y afirma que la historia es un símbolo de la "pobreza profundamente arraigada" en la sociedad iraní.
04/12/2023 12:35