Un “Vaticano-fortaleza” para la Iglesia ortodoxa rusa
El patriarcado guiado por Kirill inició los trabajos de reconstrucción del centro de la ciudadela de Sergiev Posad, donde se encuentra el más importante monasterio ruso. El proyecto apunta a construir una “iglesia al aire libre” de casi 20 hectáreas.
Moscú (AsiaNews)- Días atrás se hizo público, a través de la sección rusa de la BBC, el plan del patriarcado de Moscú para reconstruir totalmente el centro de la ciudadela de Sergiev Posad, donde se encuentra el más importante monasterio ruso: la Lavra de la Trinidad de S. Sergio. El proyecto de aquel que es llamado el “Vaticano ruso” asume un particular valor simbólico, justo cuando aumentan las polémicas con el resto del mundo ortodoxo en relación con la posible concesión de la auto-cefalia a la Iglesia ucraniana por parte del patriarca ecuménico de Constantinopla.
Los rusos demuestran la voluntad de erigirse como el único bastión de la “verdadera fe” también en relación con sus co-hermanos de tradición oriental, llevando a los extremos la profecía medieval de Moscú- Tercera Roma. El proyecto de Sergiev Posad asume también un particular significado frente a las problemáticas internas en el país: el domingo pasado 9 de setiembre, de hecho, las protestas callejeras contra el régimen putiniano provocaron violentos enfrentamientos, con la policía que atacaba a los jóvenes y muy jóvenes en las calles.
Las manifestaciones inspiradas por el opositor Aleksej Naval’nyj estaban dirigidas contra la “farsa” electoral que hizo reelegir al intendente de Moscú, Sergej Sobjanin,que obtuvo el 74% de los votos, pero concurrieron a las urnas sólo el 20% de los electores. En la elección de 2013, a la cual participó la mayoría de los electores de la capital, el mismo Naval’nyj era candidato contra Sobjanin, obteniendo casi el 20% de los votos contra una estrecha mayoría del pupilo de Putin; fue el resultado más llamativo de las oposiciones durante el ventenio del actual régimen. Las protestas, ahora tienen que ver con las elecciones administrativas también en muchas otras ciudades, llevaron a las calles a muchos jóvenes, que se unieron a los trabajadores contra la nueva ley sobre las jubilaciones.
En este escenario, el grandioso proyecto del “Vaticano ortodoxo” parece por lo tanto doblemente provocatorio. El monasterio, que se conservó durante toda la fase soviética también gracias a los sacrificios de muchos mártires, conserva actualmente la gran extensión que había alcanzado antes de la revolución bolchevique; tres iglesias, comprendida la que conserva las reliquias de San Sergio de Radonež, meta de peregrinaciones incesantes de toda Rusia, el gran monasterio y la residencia del archimandrita (que bajo los comunistas era la sede del patriarca), además del museo, la biblioteca, al edificio del seminario y la facultad de teología.
En la nueva propuesta, el total del centro de la ciudad (de casi 100 mil habitantes) sería transformado por casi 20 hectáreas en “una iglesia al aire libre”, ocupando los espacios en los cuales surgen los palacios de la Municipalidad, 2 hoteles, 1 centro comercial, el mercado, un parque de diversiones y algunos condominios, que sería destruidos para dar espacio a los nuevos edificios eclesiásticos. Allí se construirán una nueva biblioteca, los nuevos edificios administrativos, un centro juvenil, un centro de congresos un centro de medios para las formas más avanzadas de la comunicación.
El plan quiere “limpiar la ciudad de la herencia soviética”, que habría arruinado la sacralidad de la ciudadela, rebautizada por los bolcheviques como “Zagorsk” en honor del famoso revolucionario. Esta se convertiría en la “capital espiritual de la ortodoxia” no sólo rusa, sino universal, visto también la “traición” de Constantinopla. Por otro lado, según los rusos, las condiciones también logísticas del “patriarca turco”, como es llamado en Rusia, demuestran su injerencia, estando confinado por el régimen islamista neo-otomano en condiciones casi de cautiverio, en la pequeña iglesita del Fanar de Estambul.
Los contratos para la reconstrucción de Sergiev Posad estaría ya funcionando desde hace 1 año y el inicio de los trabajos sería inminente, al menos para la primer fase de la “limpieza” y la demolición de los edificios existentes alrededor de la Lavra. De la oficina de prensa del presidente Putin llegó una declaración según la cual se trata de una “cuestión administrativa local, que no necesita la intervención del gobierno central o del presidente”.
Por otro lado, justamente el 10 de setiembre, el patriarca Kirill (Gundjaev) declaró ser “el jefe de la Iglesia más libre de toda la historia de Rusia” y que no sufre de ninguna interferencia por parte del poder político, dejando quizás entender que se siente libre también del, resto del mundo ortodoxo y de cualquier instancia superior.
14/09/2016 14:44
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