Uigures críticas a la delegación islámica que elogia las políticas chinas en Xinjiang

Un grupo de 30 expertos de varios países de mayoría musulmana visitó la zona de la periferia occidental extrema de China. Elogió la lucha de Beijing contra el terrorismo y no hizo ninguna mención de los abusos. El presidente del Congreso Mundial Uigur vuelve a denunciar las persecuciones y la "criminalización" de actos cotidianos como usar el velo o la lectura del Corán.

Dubai (AsiaNews) - Elogio y reconocimiento por la eficaz y rigurosa lucha contra el "terrorismo" pero ninguna referencia a las reiteradas denuncias de violaciones de derechos humanos contra la minoría musulmana. Académicos, eruditos y personalidades destacadas de la comunidad uigur atacan lo que califican de "propaganda" llevada a cabo por la delegación de referentes islámicos de varios países que ha visitado Xinjiang en los últimos días. El grupo estaba integrado por una treintena de expertos religiosos de 14 países de mayoría musulmana, entre ellos Baréin, Egipto, Arabia Saudita, Túnez y Emiratos Árabes Unidos (EAU), que elogiaron los objetivos y políticas chinos guardando silencio sobre cuestiones no resueltas en relación con derechos y persecuciones. Una propaganda, advierten, que será funcional a Beijing y servirá para desmentir con más contundencia las informaciones sobre miles de uigures musulmanes encarcelados o detenidos en centros de reeducación y trabajo.

La delegación forma parte del Consejo Mundial de Comunidades Musulmanas (WMCC), que promovió originalmente la visita. Esta se concentró en varios puntos de la periferia extrema occidental del gigante chino, donde viven los uigures y otras minorías islámicas de habla túrquica. El grupo estaba encabezado por el erudito emiratí Ali Rashid al-Nuaimi, cuya imagen ha sido reproducida en reiteradas oportunidades por los medios oficiales de Beijing. Uno de los objetivos del WMCC es precisamente apoyar a los fieles del Islam en países donde los musulmanes no son mayoría, protegiéndolos "intelectual y espiritualmente, de la limpieza étnica o la discriminación racial".

En una nota, Nuaimi, uno de los principales impulsores en los Emiratos de la normalización de las relaciones entre Israel y el mundo árabe, reiteró que los casos de ataques chinos contra los uigures forman parte de la lucha contra el terrorismo en Xinjiang. Entrevistado por Middle East Eye (MEE) Dolkun Isa, presidente del World Uyghur Congress, atacó al representante de los Emiratos Árabes Unidos y habló del "pretexto" del terrorismo para justificar la persecución. En la región, acusa, terminan criminalizando comportamientos cotidianos como "llevar el velo o poseer un ejemplar del Corán". “Es escandaloso -añade- que el WMCC haya participado en esta visita de propaganda y ahora se haga eco de la narrativa del gobierno chino”.

Abduweli Ayup, activista que lucha por la revalorización de la lengua uigur originaria de Kashgar, califica el viaje como "un encubrimiento" de los crímenes de China contra la minoría musulmana. Los delegados de Arabia Saudita, el lugar donde se encuentran los lugares sagrados del Islam, son el blanco principal de las críticas, pero también se expresa "decepción" por la presencia de eruditos bosnios en el grupo. “Cuando ocurrió el genocidio en Bosnia -dice Ayup- recuerdo que los uigures de Kashgar se movilizaron para recaudar fondos y ayudas”. Ahora, concluye, esos mismos hombres y mujeres musulmanes “languidecen en los campos de concentración chinos porque se atrevieron a practicar su fe”.

Las violaciones cometidas por Beijing contra los uigures en Xinjiang son una asignatura pendiente incluso en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que en los últimos meses desmintió un informe interno donde se denunciaban los abusos y se negó a abrir un debate. La mayoría de los países que rechazaron la moción son musulmanes, pero han sufrido durante mucho tiempo la campaña de lobbying promovida por el dragón. Uno de los abusos que se atribuyen a Beijing es haber encerrado a casi dos millones de ciudadanos -principalmente uigures- en verdaderos campos de concentración, obligándolos a realizar trabajos forzados. Los chinos niegan las acusaciones afirmando que Xinjiang hay centros de capacitación profesional y proyectos para la reducción de la pobreza y la lucha contra el terrorismo y el separatismo.