Ucrania, comercio y derechos humanos: ningún resultado en la cumbre UE-Beijing

Los chinos siguen jugando con la posibilidad de mediar entre Kiev y Moscú. La UE amenaza con responder en caso de que China ayude al Kremlin. Los europeos piden que Beijing ponga fin al boicot comercial contra Lituania. En materia de derechos humanos, la Unión quiere reanudar el diálogo con el gobierno chino.

Bruselas (AsiaNews) - Ningún compromiso sobre la posibilidad de mediar en el conflicto ruso-ucraniano; el comercio sigue adelante como de costumbre; silencio sobre los derechos humanos. Como era de esperar, la Unión Europea no obtuvo nada de China en la cumbre anual que se celebró ayer por videoconferencia.

Que la reunión de los representantes de la UE con el presidente chino Xi Jinping y el primer ministro Li Keqiang no fue bien, queda demostrado por el hecho de que las dos partes no emitieron una declaración conjunta sino solo declaraciones por separado. No es casualidad que Ursula von der Leyen, que encabezaba la Comisión Europea, haya hablado de conversaciones "abiertas y francas". Traducido: los dos frentes estaban en desacuerdo en todo.

Ucrania fue el punto central de la discusión. Los europeos han pedido reiteradamente a Beijing que medie entre Moscú y Kiev. Los chinos tienen una posición ambigua sobre el conflicto: por un lado apoyan retóricamente las posiciones de Putin; por otro lado mantienen la cautela para evitar conflictos con EE.UU. y la UE.

Von der Leyen dijo que cualquier apoyo a Moscú dañaría la reputación de China en Europa. En este punto, la líder de la UE fue clara: “Hemos adoptado fuertes sanciones [contra Rusia] que son efectivas. Más de 40 países se han adherido a ellas. Así que dijimos claramente a los chinos que si no quieren apoyarlas, al menos no interfieran con las medidas punitivas”.

Von der Leyen se refiere a la información proporcionada por los servicios de inteligencia estadounidenses según la cual Beijing está dispuesto a ayudar militar y económicamente al Kremlin. En su comunicado, en un tono inusualmente amenazante, la UE dijo que “deben detener cualquier intento de eludir las sanciones o apoyar a Rusia por otros medios”. En este sentido, el arma de Europa es empujar a sus empresas a abandonar China.

Con respecto a la cuestión de Ucrania, Xi dijo que China y la UE deben desempeñar un "rol constructivo" para sumar factores de estabilidad en un mundo turbulento. En un golpe indirecto a Washington, el presidente chino pidió a Europa que siguiera una política "independiente" en relación con China. En la misma línea evasiva, Li precisó que Beijing ha promovido "a su manera" las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania.

Así como no se ha avanzado en el tema de Ucrania, lo mismo se puede decir de las relaciones comerciales chino-europeas. Los medios de información chinos subrayan la estabilidad de los intercambios bilaterales, que en 2021 alcanzaron una cifra récord de 800.000 millones de dólares. Pero la UE ha pedido a Beijing que ponga fin al injustificado boicot comercial contra Lituania que ha impuso por las crecientes relaciones de Vilnius con Taiwán. De lo contrario, la Unión continuará con la denuncia contra los chinos que ya fue presentada ante la Organización Mundial del Comercio. Los europeos también siguen exigiendo igualdad de trato para sus empresas que operan en China.

En cuanto al respeto de los derechos humanos en China, la UE reiteró su preocupación por la condición de las minorías en Xinjiang y Mongolia Interior, así como por la población tibetana y la represión del movimiento democrático en Hong Kong y los defensores de los derechos humanos chinos.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, explicó que la Unión ha insistido en reanudar el diálogo bilateral sobre los derechos humanos y afirmó que Li se ha mostrado disponible. Sin embargo, en vísperas de la cumbre algunos grupos internacionales pidieron a la UE que suspendiera las conversaciones sobre el tema con China, que considera inútiles, e iniciara un diálogo "en la sombra" con activistas humanitarios que pueden brindar una imagen más realista de las políticas represivas de Beijing.