Trata de mujeres birmanas: jóvenes esposas mantenidas cautivas en China
Los hombres chinos suman 34 millones menos que la población de mujeres. Esto alimenta el tráfico de esposas provenientes de los países vecinos. Myanmar, Camboya y Laos son las tres naciones más afectadas por el fenómeno. En los últimos cinco años, cerca de 5.000 birmanas fueron forzadas a contraer matrimonio; 2.800 fueron constreñidas a dar a luz.
Naipyidó (AsiaNews) – Las autoridades de China y de Myanmar no logran poner freno al brutal tráfico, vinculado a la esclavitud sexual, de mujeres jóvenes, a menudo adolescentes y en su mayoría, cristianas de Kachin –el Estado septentrional de Birmania despedazado por décadas de guerra civil. Es cuanto surge del último reporte elaborado por Human Rights Watch (HRW), una organización no gubernamental internacional con sede en Nueva York.
Publicado ayer, el documento afirma que las mujeres suelen ser inducidas a cruzar la frontera hacia China en busca de trabajo, o bien son raptadas y mantenidas cautivas para luego ser vendidas -como “esposas”- a hombres chinos. La mayor parte de las jóvenes mantenidas como rehenes de las familias chinas viven recluidas y son violadas. Las que logran huir, a menudo se ven forzadas a dejar a los hijos que han engendrado con sus verdugos.
Como consecuencia directa de la política del hijo único, China tiene una población masculina 34 millones menor que la femenina. Esto alimenta el tráfico de esposas provenientes de los países vecinos, donde la pobreza y la discriminación social convierten a las mujeres en blancos más vulnerables. Myanmar, Camboya y Laos se cuentan entre las naciones más afectadas por el fenómeno.
En el caso de Myanmar, los conflictos étnicos, los desplazamientos forzados y las violaciones de derechos humanos han desatado una migración masiva hacia China. Más de 120.000 personas han sido desplazadas a raíz de los enfrentamientos armados entre el ejército fiel al gobierno y las organizaciones étnicas rebeldes presentes en Kachin y en el norte del Estado de Shan –un conflicto que se reanudó en 2011. Considerando solamente el caso de Kachin, en el territorio hay más de 100 campos donde se alojan personas que huyeron de sus lugares de origen.
Según un reciente estudio, publicado en diciembre de 2018 por la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health en colaboración con la Kachin Women’s Association Thailand, en los últimos cinco años, cerca de 106.000 mujeres migrantes regresaron a Myanmar. Alrededor de 5.000 mujeres repatriadas padecieron matrimonios forzados con hombres chinos y 2.800 fueron obligadas a engendrar hijos. El 65% de las mujeres implicadas en matrimonios contraídos por la fuerza fueron traficadas a través de un intermediario o un reclutador.
Para elaborar su informe, HRW entrevistó a 37 mujeres que lograron sobrevivir a semejantes crímenes. Los activistas afirman que las mujeres fueron vendidas a familias chinas por una suma equivalente a 3.000 dólares estadounidenses (4,59 millones de kyats) por cada una de ellas. Doce de las entrevistadas eran menores de 18 años cuando cayeron víctimas de la trata. La más joven apenas tenía 14 años, y dijo que 22 de ellas estuvieron cautivas por un año o más.
Las mujeres suelen ser drogadas y se las mantiene prisioneras, abandonadas al cuidado de familias con las cuales apenas logran comunicarse. Heather Barr, la autora del informe, afirma que “la mayor parte de ellas estuvo encerrada en una habitación y fue violada reiteradamente, ya que las familias que deseaban comprarlas querían que quedaran embarazadas”.
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