El ejército en las calles, prohibidas las concentraciones mientras se mantiene el bloqueo de Internet y algunas fuentes hablan de al menos 105 muertos y 1.500 heridos en los enfrentamientos. Una cárcel fue atacada e incendiada, de la que los reclusos se vieron obligados a huir, en un enfrentamiento sin cuartel que va más allá de la cuestión de las cuotas de acceso a los empleos públicos. Cientos de estudiantes indios fueron repatriados, mientras que Delhi evitó pronunciarse sobre los enfrentamientos.

Milán (AsiaNews/Agencias) - Se ha levantado el toque de queda en todo Bangladés, donde el gobierno de la primera ministra Sheikh Hasina ha ordenado el despliegue de los militares para restablecer el orden ante las protestas que se suceden desde hace casi dos semanas y que en los dos últimos días han visto una escalada de violencia. Aún hoy se mantiene el bloqueo de Internet y de las comunicaciones en el país, pero fuentes consultadas por la agencia Afp informan que el número de víctimas mortales de los enfrentamientos se habría elevado a 105 muertos y más de 1.500 heridos.

El toque de queda en Bangladés fue anunciado por el secretario general de la Liga Awami, Obaidul Quader, quien dijo que era necesario que la administración civil mantuviera el orden en la que se perfila como la crisis más grave para Sheikh Hasina -hija del héroe de la Guerra de Liberación de Pakistán Mujibur Rahman-, que gobierna ininterrumpidamente desde 2009. Al parecer, la policía disparó gases lacrimógenos y abrió fuego contra los manifestantes, prohibiendo todas las concentraciones en la capital, Daca. Además de las escuelas y universidades, también se cerraron las conexiones de metro y tren desde y hacia Daca. En las horas precedentes, los manifestantes habían irrumpido también en una cárcel del distrito de Narsingdi, liberando a los reclusos antes de prender fuego a las instalaciones.

Como ya ha explicado AsiaNews en los últimos días, las manifestaciones se desencadenaron por la oposición de los estudiantes al sistema de cuotas en la contratación pública, que sigue reservando el 30% de los puestos a los descendientes de combatientes en la guerra de 1971 y es considerado por muchos como una herramienta clientelar en manos de la Liga Awami. La oposición frontal de los movimientos juveniles vinculados al partido gobernante junto con la dura represión policial convirtieron esta protesta concreta en una oposición total al gobierno de Sheikh Hasina. Confluyó así en esta protesta el antiguo descontento con la represión de la disidencia.

Antes del bloqueo de Internet, según la agencia de noticias Reuters, los sitios web oficiales del banco central, la oficina del primer ministro y la policía habían sido pirateados por un grupo autodenominado "THE R3SISTANC3". "Operación HuntDown, detengan la matanza de estudiantes. Ya no es una protesta, ahora es una guerra", desaparecieron algunos mensajes.

La situación en Bangladés también se sigue con preocupación en la vecina India, que tiene a miles de sus propios ciudadanos viviendo en el país. "Para nosotros, se trata de un asunto interno de Bangladés", declaró el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Randhir Jaiswal, durante una rueda de prensa en la que evitó hacer declaraciones oficiales. Pero en esta situación explosiva, que también asusta por las posibles repercusiones sobre las minorías, cientos de estudiantes indios ya han cruzado la frontera para regresar a sus estados de origen en el noreste de India.

 

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