Tokio: la guerra frena la economía, la recuperación todavía se posterga
El Fondo Monetario Internacional y el Banco Central han revisado a la baja sus estimaciones de crecimiento. En un país que carece de recursos naturales, el incremento de los precios de las materias primas constituye un grave problema. Pero también pesan las secuelas de la última ola de Covid-19, la más fuerte en términos numéricos experimentada por Japón.
Tokio (AsiaNews)- La economía de Japón también comienza a sentir los efectos de la invasión rusa a Ucrania. La recuperación de la fuerte contracción de 2020 se sigue postergando debido a las incertidumbres del contexto internacional, pero también pesan otros factores.
La primera señal de preocupación se presentó la semana pasada cuando el Fondo Monetario Internacional publicó su informe, en el que rebajó el crecimiento previsto para el año en curso del 3,3% al 2,4%. El documento continúa diciendo que el consumo impulsará la recuperación, pero también señala que las perspectivas han empeorado con la guerra: "la escalada del conflicto en Ucrania plantea importantes riesgos a la baja para la economía japonesa", explica.
La guerra europea, en efecto, constituye un problema para la economía de Japón en varios frentes. El primer factor son las cadenas de suministro, que será necesario reajustar debido a las sanciones y las tensiones geopolíticas. Pero la cuestión más importante es, sin duda, la importación de energía y materias primas, que en un país carente de recursos naturales como Japón constituye un serio problema. El conflicto en Ucrania ha acelerado aún más el aumento de los precios de las commodity, que ya habían subido significativamente tras los primeros signos de recuperación post-Covid: Rusia y Ucrania son, de hecho, dos grandes exportadores de materias primas (juntas, por ejemplo, suman el 30% de todas las exportaciones mundiales de trigo), mientras que Moscú es uno de los principales productores mundiales de petróleo y gas natural. Por lo tanto, es probable que el aumento de los precios repercuta en el consumo de las familias japoneses y en los beneficios de las empresas, con consecuencias negativas para toda la economía.
La segunda señal llegó el lunes del banco central de Japón, que en sus evaluaciones trimestrales revisó a la baja las expectativas de crecimiento para 8 de las 9 regiones en las que se divide el país. El presidente Kuroda Haruhiko, hablando con los directores de las sucursales locales del Banco de Japón, dijo que "hay un grado muy alto de incertidumbre sobre la manera como los acontecimientos en Ucrania podrían afectar la economía y los precios en Japón". Las estimaciones sugieren que la recuperación también se está desacelerando debido a las secuelas de la última ola de Covid-19, la más fuerte en términos numéricos experimentada por Japón, que ha perjudicó tanto al sector de los servicios como a las cadenas de suministro industrial.
Sin embargo, la valoración de Kuroda sigue siendo positiva. "Es probable que la recuperación de la demanda externa, la política monetaria flexible y el estímulo económico del gobierno ayuden a la economía japonesa a recuperarse a pesar del impacto del aumento de los precios de las materias primas". Sin embargo, sigue vigente la incertidumbre por la depreciación del yen frente al dólar, que en las últimas semanas ha encarecido la importación de todos los recursos que necesita la economía japonesa. Las respuestas que muchos esperan podrían llegar pronto, ya que el Banco de Japón publicará a fin de mes sus estimaciones de crecimiento para 2022.
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