Toan, de 17 años, cuida el cementerio de los niños abortados
Desde hace un año y medio que el joven sepulta a fetos en el distrito de Soc Son de Hanoi. Padres y médicos de los hospitales cercanos le llevan entre 20 y 30 al día: “Los fetos son también seres humanos, y tienen derecho a una sepultura”. Vietnam es el primer país asiático y el quinto del mundo en número de abortos.
Hanoi (AsiaNews/Agencias) – Los niños abortados “son seres humanos y tienen el derecho a ser sepultados de manera digna”. Es la convicción de Toan,, un joven de 17 años que reside en Hanoi, y que hace un año y medio decidió dedicarse al cuidado del cementerio de Ben Coc, en el distrito de Soc Son de la capital. Allí, en un área de 600 metros cuadrados, son sepultados los fetos de los embarazos que no fueron llevados a término: el campo santo ya hospeda 90.000 pequeñas tumbas.
La inspiración para emprender este trabajo le vino a Toan observando de pequeño lo que hacían en Nguyen Thi Nhiem, una casa vecina, que durante 10 años recogió un número cada vez más creciente de niños “descartados”, que les eran llevados para ser sepultados. Queriendo donar al menos un sitio de descanso para esos seres humanos privados del derecho a la vida, Toan pidió, siendo muy jovencito, poder trabajar con Nhiem, pero sus padres no se lo permitieron..
Desde que se volviera bastante más grande, Toan se ocupa de todo lo que el cementerio necesite: limpiar las lápidas, encontrar sitio para las flores y cuidarlas, tener en orden los recipientes para el incienso.
Haciendo este trabajo, el joven a menudo se encuentra con personas que han abortado, y quieren deshacerse de su hijo: “Un día –cuenta- un joven vino a mí con un pequeño paquete que dijo haber recogido en la calle: adentro había un feto. Viendo la actitud extraña que tenía, pensé que ese hombre debía ser el padre del niño”.
Muy a menudo, dice Toan, los abortos son causados por adultos que no quieren asumir sus responsabilidades. Algunos de ellos abandonan a sus propios hijos abortados delante de la puerta del cementerio: “Deshacerse así de tu progenie –afirma- no difiere en nada de asesinar a tus hijos. Esperamos que con el tiempo el número de abortos disminuya”. Algunos padres, en cambio, visitan las tumbas de sus hijos y donan dinero para el mantenimiento del cementerio”.
Por otra parte, Toan cuenta acerca de la ayuda de los voluntarios del grupo “Proteger la vida”, estudiantes de la universidad de Hanoi, que lo ayudan a limpiar el lugar. Cada día llegan entre 20 y 30 niños abortados, que son traídos tanto por cualquier persona como por los médicos de los hospitales cercanos.
La interrupción de embarazos es un fenómeno creciente en Vietnam, que es el primer país asiático y el quinto en el mundo en llevar a cabo esta práctica. Cada año, más de 300.000 jóvenes de entre 15 y 19 años recurren al aborto, frecuentemente de manera clandestina. Entre las estudiantes de la escuela secundaria y de la universidad, la tasa de interrupción de los embarazos es de casi el 70%. En la capital, Hanoi, el número es incluso mayor, y muchas jóvenes deciden abortar reiteradas veces, casi como si se tratara de un método anticonceptivo.
La Iglesia católica vietnamita ha lanzado algunas iniciativas de ayuda y apoyo en defensa de la vida. En particular, la Caritas de la diócesis de Bắc Ninh, dependiente de la arquidiócesis de Hanoi, en el norte del país, ha promovido cursos de formación para una paternidad responsable..
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