Terremoto, relatos desde Mandalay: 'Edificios históricos derrumbados, cientos de víctimas bajo los escombros'
Podrían ser muchísimos los muertos tras el sismo de magnitud 7.7 que ha sacudido el país, ya devastado por cuatro años de guerra civil. Fuentes locales informan el derrumbe de templos, mezquitas e iglesias, así como el colapso de puentes y edificios, algunos de los cuales alojaban a desplazados que huían de los bombardeos de la junta militar. Se encuentran cortadas las conexiones entre las principales ciudades. La oración de un sacerdote desde Myanmar: "¿Hasta cuándo, Señor?".
Rangún (AsiaNews) - Se teme que haya centenares de muertos en Myanmar como consecuencia del terremoto de magnitud 7.7 que hoy sacudió el país, ya asolado por más de cuatro años de conflicto civil. Según lo que ha trascendido hasta el momento, tras una segunda réplica de intensidad 6.4 y otras de asentamiento, la zona más afectada es la región de Sagaing, junto con las ciudades de Naypyidaw, la capital, y Mandalay, epicentro del sismo y segunda ciudad más grande de Myanmar después de Rangún. Aquí se derrumbó un puente y numerosos edificios históricos y de culto, entre ellos varias iglesias, pero todavía no es posible evaluar la magnitud de los daños.
En la universidad se ha declarado un incendio y algunas fuentes locales informaron a AsiaNews que decenas de personas han quedado atrapadas en los edificios que se derrumbaron. "En una mezquita hay más de 140 personas bloqueadas y los equipos de rescate están intentando sacarlas". También en Mingun, una ciudad entre las regiones de Sagaing y de Mandalay donde hay numerosos templos budistas, "se derrumbaron varios monumentos históricos". El día previo al terremoto algunos monjes habían abandonado los templos de la ciudad debido a los ataques aéreos de la junta militar birmana, que lucha contra las milicias de la resistencia pero a menudo también ataca a los civiles.
Otras fuentes locales informaron que en Naypyidaw quedó destruido uno de los principales hospitales, lo que limita la capacidad de asistencia a las víctimas. Algunas imágenes de la Agence France Presse muestran a decenas de heridos apiñados al aire libre a la espera de recibir atención médica.
Las carreteras que conectan Naypyidaw y Mandalay han sufrido graves daños, lo que impide los desplazamientos, incluso hacia Rangún. Los aeropuertos quedaron cerrados tras varios derrumbes y los vuelos se han suspendido hasta nuevo aviso. Las operaciones de rescate también están condicionadas por la interrupción del suministro eléctrico.
Se han registrado daños en las diócesis de Pekhon y Taungngu, entre otros, un edificio donde se alojaban refugiados de guerra procedentes de la región de Sagaing. En la ciudad de Taunggyi se produjo un deslizamiento de tierra, pero los mayores daños ocurrieron en el centro histórico, sobre todo en la catedral de San José, que en estos años de conflicto se había convertido en "símbolo de esperanza y lugar de encuentro de los muchísimos desplazados que han encontrado refugio en Taunggyi", dicen a AsiaNews otras fuentes.
La junta militar en el poder, que controla la región de Mandalay y Naypyidaw, ha declarado el estado de emergencia y ha pedido inmediatamente ayuda internacional, una modalidad que ya ha utilizado en el pasado en casos de catástrofes naturales, generalmente para solicitar fondos y financiación que luego podría destinar a sostener el conflicto en vez de prestar asistencia a las víctimas. El país, tras años de guerra en los que el ejército ha quedado extremadamente debilitado, no tiene capacidad para hacer frente a un desastre de esta magnitud. Según algunos sismólogos locales, terremotos anteriores de esta intensidad ya habían afectado a miles de personas. Según otros, el de Myanmar podría ser el terremoto más devastador de los tiempos modernos.
"El pasado mes de septiembre Myanmar se vio literalmente arrasado por un ciclón que devastó zonas muy extensas, que ahora se encuentran en proceso de reconstrucción. El terremoto ha afectado a zonas que también habían sido dañadas por el ciclón", comentó a AsiaNews un sacerdote local. "Más allá del gran miedo, he visto rostros tristes y desalentados. No hemos hablado mucho. El pueblo de Myanmar es paciente, muy paciente. Sabe aceptar y aguantar, pero en el silencio de los rostros de hoy he escuchado fuerte una oración común: '¿Hasta cuándo, Señor?'".
28/08/2016 13:40
01/09/2021 15:28